La víctima, un joven de 17 años de edad, fue baleado a bordo de un auto por efectivos policiales tras eludir un control vial en la madrugada de este jueves.
Ya se dispuso la detención e imputación de los dos sospechosos del crimen y el ministro de Seguridad provincial advirtió que de cara al proceso de investigación judicial “no habrá lugar para encubrimiento ni apañamiento en la Policía”.
Dos efectivos de la policía de Córdoba capital están en la mira de la Justicia por la muerte de Blas Correas, un joven de 17 años que recibió un disparo en la espalda mientras huía de un control vial en la madrugada de este jueves 6/8. Por el hecho, el fiscal de la causa, José Mana, imputó a los sospechosos y se investiga si le dispararon durante una persecución, de acuerdo a lo consignado por fuentes judiciales y policiales.
De acuerdo al director general de Seguridad de la ciudad, Gonzalo Cumplido, el trágico episodio comenzó cuando un “Fiat Argo que se conducía a alta velocidad evade el control policial (ubicado a la altura del Pablo Pizzurno) y se da a la fuga, lo que da inicio a una persecución en la que se registraron disparos de armas de fuego”.
Cuando el auto fue interceptado, en el centro de la ciudad según informan medios locales, la policía encontró tres personas a bordo, incluido el joven ya fallecido tras ser baleado.
Fuentes judiciales dejaron trascender en horas de la tarde que por el crimen ya fueron detenidos e imputados dos efectivos que serían los autores de los disparos bajo la caratula de «homicidio calificado agravado».
Desde la fiscalía precisaron que se secuestró un arma de fuego “que habría sido arrojada desde el interior del auto”, por lo que se investiga “si hubo intercambio de disparos”.
No obstante, para la familia y allegados del joven se trata de un nuevo caso de “gatillo fácil”. “A mi hijo lo acribillaron. En dos horas limpiaron toda la zona”, afirmó la madre de Correas, identificada como Soledad.
La mujer señaló que tanto su hijo como los amigos que lo acompañaban no eran delincuentes y tampoco portaban armas de fuego: “Solo fueron a un bar. No hicieron nada. Se asustaron y se fueron. Lo garantizo porque sé a quién crié. No quiero más muertos en mi familia. Somos una familia de bien. No voy a permitir que lo ensucien. Me voy a encargar hasta el último día de mi vida”, manifestó.
Alejandro Pérez Moreno, abogado de la familia de Valentino, afirmó por su parte que “lo sucedido es más grave de lo que se piensa”. “No existió ningún tipo de motivo o de justificativo para que la policía haya actuado así. Era un chico que tenía toda su vida por delante, no tenía antecedentes, que salió a divertirse de acuerdo a lo autorizado de acuerdo a las disposiciones por el Covid, y recibió un disparo de arma de fuego, por la espalda”, aseveró.
En declaraciones, explicó: “No es un caso de gatillo fácil. Un caso de gatillo fácil es cuando un policía en ejercicio de sus atribuciones tiene que intervenir ya sea porque se está cometiendo un acto delictivo o se está previniendo otro. Ahí es cuando se repele ese acto mal utilizando y abusando del uso del arma de fuego. En este caso, evidentemente, no hubo ningún motivo objetivo que diera a pensar que tenía que intervenir la Policía; y mucho menos para extraer el arma, disparar y matar”.
“La Policía entrena y capacita para saber cómo actuar ante distintos hechos o actos humanos que puedan ocurrir en su función. Existen protocolos y es necesario remarcar que la última ratio es el uso de la fuerza. La última ratio del uso de la fuerza es el disparo del arma de fuego” agregó.
Con respecto a la investigación que ya está en curso, se manifestó el ministro de Seguridad de Córdoba, Alfonso Mosquera, quien aseguró que “no habrá lugar para encubrimiento ni apañamiento en la Policía” en el proceso.
El Ministerio de Seguridad proporcionará, como es obligatorio, todos los elementos necesarios para esclarecer el hecho, que en su gran mayoría tiene ribetes por dilucidar”, manifestó en diálogo con Cadena 3.
Fuente: Cadena 3