El principal granero del Líbano en el puerto de Beirut quedó destruido por la explosión de ayer, dejando al país con reservas de cereales para menos de un mes, aunque con suficiente harina de trigo para evitar una crisis alimentaria, dijo el miércoles el ministro de Economía.
Raoul Nehme dijo a Reuters que tras la devastadora explosión de ayer el Líbano necesitaba reservas por al menos tres meses para garantizar la seguridad alimentaria y estaba buscando espacios de almacenamiento en otras áreas.
Se trató de la explosión más poderosa en asolar Beirut en años, una ciudad marcada por una guerra civil hace tres décadas y que sufre por la crisis económica en medio de la emergencia por la pandemia de coronavirus. Al menos 100 personas murieron y al menos 4000 resultaron heridas.
«No hay crisis de pan ni de harina», dijo el ministro. «Tenemos suficientes inventarios y embarcaciones que vienen en camino para cubrir las necesidades del Líbano en el largo plazo».
Pero el ministro dijo que los almacenes restantes del Líbano contenían «reservas para un poco menos de un mes». El granero que fue destruido por el estallido contenía 15.000 toneladas de granos, por debajo de su capacidad oficial de 120.000 toneladas.