El presidente de China, Xi Jinping, aseguró este martes que su país no va a mantener ningún tipo de guerra, «ni fría ni caliente», pese a las fuertes tensiones que vive con Estados Unidos y las advertencias de Naciones Unidas sobre la creciente brecha entre las dos superpotencias.
El discurso que el líder chino pronunció en el Debate General de la 75 Asamblea General de la ONU lo posicionó en el lado opuesto al del presidente estadounidense Donald Trump: apoyó el multilateralismo y un mundo basado en la cooperación, rechazó que haya un «jefe del mundo» y habló de la importancia de darle un papel clave a la Organización Mundial de la Salud (OMS), muy criticada por Trump.
Sin nombrar nunca a Estados Unidos o a su presidente pero siempre haciendo una clara referencia a las políticas y discurso de la Casa Blanca, Xi Jinping brindó un mensaje grabado en el que intentó hacer un difícil equilibrio entre una dura crítica a Washington y una imagen de potencia defensora de la cooperación y el diálogo internacional.
«No tengo intención de pelear ni una guerra fría ni una caliente con ningún país», sentenció el mandatario, luego de que el secretario general de la ONU, António Guterres, pidiera «evitar una nueva Guerra Fría» y Trump lo acusara en su discurso ante Naciones Unidas de ser «responsable» de la pandemia de coronavirus, una denuncia que se suma a la guerra comercial que mantienen las dos potencias hace más de dos años.
Xi Jinping habló ante la ONU con el telón de fondo del fuerte choque entre China y Estados Unidos, que viene vigente hace tiempo por motivos comerciales y geoestratégicos y que se ha endurecido aún más por la pandemia del coronavirus.
El presidente estadounidense reavivó el fuego este martes exigiendo que el país asiático rinda cuentas por «infectar al mundo» con la covid-19. Trump también arremetió contra China en el plano medioambiental, al afirmar que «las emisiones de carbono» del gigante asiático son «casi el doble que las de Estados Unidos, y están creciendo rápidamente».
A diferencia de Debates Generales de otros años, en los que líderes de potencias occidentales utilizaban esta cita anual de la Asamblea General de la ONU en Nueva York para presionar a China sobre temas de política interna, especialmente violaciones a los derechos humanos y libertades políticas, esta vez Xi buscó redirigir la tensión a una pulseada sobre liderazgo internacional.
«No debería estar permitido que se haga lo que uno quiera y actuar como el jefe del mundo. Nadie debe estar sometido por aquellos que levantan su puño. No debe haber prácticas de excepcionalismo o doble estándares. Tampoco debe distorsionarse la política internacional o usarla de pretexto para deslegitimar los derechos e intereses de otros países», aseguró el líder chino.
Por otro lado, Xi tocó también la guerra comercial con EE.UU, insistiendo en que la globalización económica es una realidad incontestable y que intentar combatirla con la «lanza de Don Quijote es ir en contra de una tendencia de la historia».
«Debemos vernos los unos a los otros como miembros de la misma gran familia, perseguir una cooperación en la que todos ganemos y ponernos por encima de disputas ideológicas y no caer en la trampa de la guerra de civilizaciones», señaló en otro momento.
En este sentido, habló de la necesidad de «reemplazar el conflicto con diálogo, la coerción con las consultas, y la suma cero con un enfoque win-win (todos ganan)» y agregó que «para poner en práctica el principio de multilateralismo, se debe actuar, no solo hablar».
«China es el mayor país en vías de desarrollo del mundo, un país comprometido con un desarrollo pacífico, abierto, cooperativo y común. Nunca vamos a buscar hegemonía, expansión o esferas de influencia», manifestó el mandatario chino, luego de pedir que no se «politice» la pandemia que hasta el momento ya registra más de 31 millones de casos confirmados y más de 965.000 muertos en todo el mundo.
Por último, aseguró que China seguirá compartiendo buenas prácticas, tratamientos y productos con el resto del mundo, insistiendo en que frente al virus lo que se necesita es más solidaridad. El presidente chino anunció así que su Gobierno facilitará más fondos a la respuesta humanitaria de Naciones Unidas ante la pandemia y que extenderá su cooperación con la organización en materia de desarrollo.