Las restricciones a la movilidad de las personas por la pandemia de coronavirus brindaron un impulso directo a las aplicaciones de delivery que multiplicaron su utilización en los principales distritos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y que, en poco más de medio año, desembarcaron con fuerza en los centros urbanos de diversas provincias argentinas, aunque los datos sobre este fenómeno son difíciles de rastrear.
Más allá de la impresión que generan las miles de bicicletas, motos y coches que recorren las calles haciendo entregas de comidas y otros productos, no existe una base de datos que dé cuenta de la cantidad de pymes que comercializan a través de esas plataformas ni que pueda informar sobre el número de consumidores que las utilizan.
Tampoco se puede saber, a ciencia cierta, cuantos trabajadores están prestando el servicio, el tiempo que dedican estos a la tarea y cuáles son las remuneraciones recibidas, de acuerdo a consultas con fuentes del sector realizadas por Télam.
En ese sentido, distintos trabajadores comentaron que la demanda de productos -a través de las aplicaciones- creció cerca de 40 por ciento, mientras los que «pedalean» por las calles aumentaron en un 30% tan sólo en el Gran Buenos Aires.
Asimismo, aunque las empresas de apps siguen afirmando que mayoritariamente sus «socios» -es decir los trabajadores- las usan para complementar ingresos durante algunas horas, la percepción en la calle es la contraria.
«Por esa demanda creciente, quienes hacían ‘algunas horas’ ahora hacen más y quienes hacían ‘una jornada de trabajo’ con la aplicación ahora hacen horas extras, pero sin que haya cambiado el dinero que cobran. Las empresas impusieron un sistema de bonos por productividad, con metas difíciles de conseguir. Para ganar más hay que hacer más esfuerzo y más gasto en los datos del celular, en los repuestos de la bici o la moto», dijo a Télam el investigador del Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), Juan Manuel Ottaviano.
En distintas provincias hubo movilizaciones en reclamo de derechos para quienes trabajan como repartidores.
En distintas provincias hubo movilizaciones en reclamo de derechos para quienes trabajan como repartidores.
Pocos datos
A la reticencia de las empresas para difundir datos se suma la dificultad para conocer las dimensiones de este universo laboral: los trabajadores no están encuadrados bajo la figura de «relación de dependencia» y, en cambio, están inscriptos como monotributistas, sin una categoría específica para su diferenciación.
En ese sentido, de las cuatro empresas de apps consultadas por esta agencia, sólo una accedió a brindar datos concretos sobre los volúmenes transportados.
Uber, tradicionalmente asociada al traslado de personas, tan sólo en los últimos 6 meses sacó varios desarrollos para el transporte de productos, entre ellos «Eats» para el segmento gastronómico y «Flash» para otro tipo de paquetes.
«Flash surgió como una manera de adaptarnos a cómo estaban comportándose las ciudades: con la gente dejando de moverse pero aun necesitando mover cosas de un lugar al otro, desde comida hasta materiales», explicó a Télam Felipe Fernández Aramburu, Head Regional de la empresa para el Cono Sur.
Desde su lanzamiento, más de 247.000 usuarios solicitaron viajes con Flash, servicio que se encuentra disponible en el AMBA y en ocho conglomerados urbanos del interior.
«Las expansiones a las ciudades del interior son el comienzo del foco que tenemos para el país: un producto y una oferta de valor»
«Somos una empresa que existe en el mundo de la logística, pero el valor agregado es la tecnología. Ponemos mucho foco en la experiencia del usuario, del conductor, y el valor agregado que damos es cómo se pasa a intermediar con esa tecnología. Uno pide algo y puede trackear por dónde va, puede compartir ese link con la persona que lo recibe, eso es un valor agregado», señaló Fernández Aramburu.
El aumento de la demanda, el ingreso de más trabajadores y el desembarco de más empresas de apps de delivery parecen hablar de un espacio de negocios en crecimiento y expansivo en el que también se registran fusiones.
«Creemos que hay una oportunidad muy grande en Argentina y esa creencia se refleja en las acciones que estamos tomando. Las expansiones a las ciudades del interior son el comienzo del foco que tenemos para el país: un producto y una oferta de valor importante para los que se quieran mover o para los que necesiten generar ingresos», agregó.
Como ejemplo de las fusiones empresariales está la resonada compra-venta realizada entre Glovo y Delivery Hero (la empresa que está detrás de Pedidos Ya) que no se limitó al mercado argentino sino a las posiciones de la primera en Brasil y México.
«Esto se da en una economía de plataformas que aún es apalancada por capitales de riesgo. A esos capitales, por ahora, las empresas no les pueden demostrar rédito económico pero sí expansión. No pueden anunciar rindes, pero muestran que crecen en usuarios, en volúmenes», comentó Ottaviano.
La Legislatura porteña sancionó una ley que exime a las aplicaciones de toda responsabilidad por ser «intermediarias».
La Legislatura porteña sancionó una ley que exime a las aplicaciones de toda responsabilidad por ser «intermediarias».
Leyes y regulación
Mientras tanto, el debate sobre la legalidad y la regulación de las apps se dilata y sólo avanzó, de manera provisora, en algunas legislaturas locales, como el caso de Mendoza para aceptar a los servicios de transportes de personas, y el de la Ciudad de Buenos Aires.
En medio de la pandemia, la Legislatura porteña sancionó una ley para regular a los delivery, una norma que fue criticada por las empresas y por los actores sindicales, estos últimos por considerar que se exime a las aplicaciones de toda responsabilidad al designarlas como «intermediarias».
En tanto, en el Congreso Nacional se presentaron diversos proyectos, entre ellos, uno del senador pampeano Daniel Lovera que pretende la inclusión de los trabajadores de las apps bajo la ley de contrato de trabajo con el reaseguro de algunos derechos como la sanción de un convenio colectivo para la actividad.