El costo de la Canasta Básica Total (CBT), que mide el umbral de la pobreza, subió 3,8 % en septiembre, mientras que el de la Canasta Básica Alimentaria aumentó 3,4 % en el mismo período, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El Indec dio cuenta de que el costo de la Canasta Básica Total, que estima el precio de los alimentos más indumentaria y transporte, subió 3,8 % en septiembre, por lo cual el mismo grupo familiar necesitó contar con ingresos por $ 47.215,97 para no caer debajo de la línea de la pobreza.
El informe también relevó que el costo de la Canasta Básica Alimentaria, para que un grupo familiar integrado por una pareja con dos hijos compre la alimentación indispensable y no caiga en la indigencia, se incrementó 3,4% al sumar $19.430,45
En los primeros nueves meses del año, la CBT aumentó 21,1 % y la Alimentaria el 24,7 %, diferencia que se debe esencialmente a que las tarifas de los servicios públicos, y el transporte se encuentran congelados, por lo cual disminuye la ponderación que tiene la comida dentro del índice.
Al cierre del primer semestre del año el índice de pobreza se ubicó en 40,9%, por encima del 35,4% de igual período de 2019.
En tanto, el Índice de Indigencia ascendió al 10,5%, contra el 7,7% de enero-junio del año pasado, de acuerdo al relevamiento presentado por el Indec.
Entre ambas mediciones, la economía en su conjunto cayó 19,1%, la desocupación aumentó al 13,1 %, del 10,6% anterior y la inflación al 42,8%, según cifras del Indec.
El Índice de Pobreza del 40,9% es la medición más alta desde el primer semestre del 2004, cuando se ubicó en 44,3% en la salida de la crisis de la convertibilidad.
De esta forma, sobre una población estimada en 45 millones de personas, las cifras que brindó el Indec proyectan que alrededor de 18 millones son pobres y que este número representa al 30,4% del total de los hogares.
Entre estos 18 millones de pobres, hay poco más de 4 millones que son indigentes, es decir que sus ingresos no les alcanzan para comer, y que explican el 8% del total de los hogares.
Por grandes centros urbanos, la ciudad de Concordia, en Entre Ríos, fue la que registró al cierre del primer semestre el mayor índice de pobreza, con el 52,2%.
En segundo lugar se ubicó Resistencia, con el 48,7%; seguido por el Gran Buenos Aires, con el 47,5%; Salta, 45,5%; Santiago del Estero, 42,5%; y Santa Fe 42,2%, entre otras.
En tanto, los centros urbanos con menor índice de pobreza fueron la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el 17,3%; Rio Gallegos, con el 28,7%; y y La Rioja, con el 29,8%.
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, aseguró que los datos de desocupacjón y pobreza «son realmente críticos, porque a la crisis económica que viene atravesando la Argentina en los últimos años se sumó la pandemia de Covid-19».
«Creo que el Estado encaró mucha política pública en estos meses, muchas políticas sociales, como la tarjeta Alimentar, el IFE y los ATP. Hoy llegamos a 11 millones de personas con asistencia alimentaria, se han generado políticas para amortiguar la caída. Una mayoría de las familias argentinas ha recibido ayuda del Estado», agregó Arroyo en un comunicado de prensa.
«Ha habido mucho Estado. Y esas políticas, junto a la gran red social que tiene nuestro país, con los movimientos sociales, las iglesias, el sector empresario, los sindicatos, lograron amortiguar la caída para que la situación no sea aún peor, en un contexto mundial muy complicado por la pandemia», enfatizó el funcionario.