El mundo se prepara para masivas campañas de vacunación tras los anuncios de la efectividad de las vacunas producidas por Moderna, Pfizer y la rusa del Centro Gamaleya, todas en fase 3, aunque las restricciones continúan ante el avance del virus sobre todo en Europa y Estados Unidos.
En este contexto, el director general de Moderna, Stéphane Bancel, dijo a los Gobiernos europeos que la prolongación de las negociaciones para la compra de su vacuna puede retrasar las entregas, dado que priorizarán a países que ya compraron hace meses, como Estados Unidos, informó la agencia de noticias AFP.
«Está claro que el retraso no limitará la cantidad total, ralentizará la entrega», sostuvo al referirse a Europa.
El director ejecutivo de la biotecnológica estadounidense aclaró: “Tenemos discusiones, pero no tenemos contrato» con la Unión Europea.
Moderna entabló negociaciones con la Comisión Europea para la venta de 80 millones de dosis de la vacuna, y si bien estaban «avanzadas» aún no se llegó a nada concreto.
Por el contrario, Bancel resaltó que Estados Unidos tiene reservadas 100 millones de dosis desde principios de agosto, y dijo que tienen «varios millones de dosis ya almacenadas» en el país, listas para ser entregadas a las autoridades estadounidenses en cuanto se autorice su comercialización, probablemente en diciembre.
Sobre las negociaciones, la Unión Europea (UE) afirmó que dependían de múltiples factores y no apenas de un «anuncio específico» de la firma sobre la eficiencia de la vacuna.
Hoy, el portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, indicó que comenzaron «las discusiones con los laboratorios muy temprano, antes del verano (boreal); y continúan en paralelo con el desarrollo de las vacunas».
Sin embargo, «no condicionamos la firma de un contrato a ningún anuncio específico. El punto es que, en varios casos, las discusiones preliminares concluyeron mucho antes de cualquier anuncio de éxito», sostuvo.
«¿Firmamos contratos solo porque de repente hay noticias positivas en la prensa? Claramente no», señaló otro vocero de la UE, Stefan de Keersmaecker.
Los fundamentos a tener en cuenta incluyen «la capacidad de producción de la empresa en cuestión, los costos de inversión necesarios y las tecnologías utilizadas. Esto es parte de un paquete de negociaciones que conduce a un cierto número de dosis (ordenado) y a un precio determinado», apuntó.
La Comisión firmó, hasta ahora, cinco contratos para preordenar posibles vacunas: con la sueco-británica AstraZeneca, la estadounidense Johnson & Johnson, el grupo franco-británico Sanofi-GSK, el estadounidense-alemán Pfizer-BioNTech y el alemán CureVac.
Moderna, que desarrolló su medicamento en asociación con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (CDC), ya firmó acuerdos para suministrar la vacuna a Canadá, Japón, Israel, Catar y el Reino Unido.
En Estados Unidos, las dos vacunas podrían ser autorizadas por la agencia reguladora de medicamentos (FDA) en la primera quincena de diciembre, dijo Moncef Slaoui, gerente científico de la Operación «Warp Speed» (máxima velocidad), creada por Trump para inmunizar a la población estadounidense, lo que permitiría vacunar a 20 millones a partir de la segunda quincena de diciembre, y a otros 25 millones por mes a partir de enero.
Para todos los países aparte de Estados Unidos, la producción se realizará en Suiza, en las fábricas del grupo Lonza, y el embotellado en Madrid, en el grupo Rovi.
Una semana antes del anuncio de Moderna, la farmacéutica estadounidense Pfizer y el alemán BioNTech afirmaron que su vacuna, también en fase experimental, tuvo una eficacia del 90%.
Además de las vacunas Pfizer/BioNTech y Moderna, Rusia afirmó que su vacuna Sputnik V que se encuentra en la fase 3 de los ensayos llegó a una eficacia del 92%.
El presidente electo, Joe Biden, advirtió que «podría morir más gente» si Donald Trump -que aún no reconoce su derrota en las elecciones en las que aspiró a un segundo mandato- se niega a cooperar con el equipo de transición sobre una respuesta nacional al Covid-19, incluida la distribución rápida de vacunas.
En Francia, el Gobierno «se prepara para distribuir una vacuna contra el Covid-19» a partir de enero si es aprobada, y para ello previó un presupuesto de 1.500 millones de euros (unos 1.780 millones de dólares) para 2021, aseguró este martes el portavoz gubernamental Gabriel Attal.
En Bélgica, el gobierno anunció su intención de aplicar gratuitamente las vacunas a por lo menos el 70% de la población, unos 8 millones de personas.
En tanto, Austria inició hoy un segundo confinamiento, con cierre de escuelas y comercios no esenciales y un llamado a permanecer en casa hasta el 6 de diciembre, dos semanas después de un confinamiento parcial que no dio resultados.
A pesar del optimismo que trajeron los anuncios, las medidas de restricción continúan en Europa, donde se superó la cifra de 15 millones de casos de Covid-19 desde el inicio de la pandemia.
América Latina y el Caribe, con 12.101.300 contagios y más de 425.000 fallecidos, es la región con más muertes del mundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró las noticias «alentadoras» sobre las vacunas, pero advirtió que faltan meses para una disponibilidad generalizada y expresó su preocupación por el incremento de los casos en muchos países.