Tras 14 días de cuarentena y a más de un año después del brote del coronavirus en Wuhan, los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) iniciaron en esa ciudad china su investigación sobre los orígenes de la enfermedad.
La investigación, que China tardó más de un año en organizar, es extremadamente delicada, ya que el gigante asiático intenta eximirse de cualquier responsabilidad en la aparición de la pandemia.
Mientras el país lograba contener el contagio en su territorio, el virus se extendió por todo el mundo y dejó hasta ahora más de 2,1 millones de muertos y más de 100 millones de infectados.
La cifra oficial de fallecidos en China es de 4.636, la gran mayoría de ellos en Wuhan (casi 3.900), una ciudad que fue puesta en cuarentena durante 76 días desde el 23 de enero de 2020.
Los expertos del Gobierno chino habían explicado inicialmente que el virus apareció en un mercado de Wuhan, donde se vendían animales vivos, cerrado desde hace más de un año.
El virus se habría transmitido de los murciélagos a otras especies animales antes de pasar a los humanos. Sin embargo, los medios chinos descartaron esa teoría y la reemplazaron por otra -aún no probada- según la cual el virus podría haber sido importado a China a través de carne congelada.
La OMS descartó la contaminación a través de los alimentos, pero muchos chinos parecen ahora convencidos de que la pandemia es de origen estadounidense, indicó la agencia de noticias AFP.
Incluso un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino sugirió el año pasado que el virus podría haber sido introducido en Wuhan a finales de 2019 por soldados estadounidenses que participaron en una competición deportiva.
Fuera de China también circularon diversas teorías, entre ellas la de una transmisión del virus, accidental o no, desde el laboratorio de virología de Wuhan, donde se fabricaba coronavirus de forma experimental.
Tanto el laboratorio como el Gobierno chino negaron esta hipótesis, planteada en particular por el expresidente estadounidense Donald Trump.
«Todas las hipótesis están sobre la mesa. Está claro que es demasiado pronto para llegar a una conclusión sobre el origen de este virus, ya sea en China o fuera de ella», dijo Michael Ryan, director de Emergencias Sanitarias de la OMS, en Ginebra la semana pasada.
Trump acusó a la OMS de estar a las órdenes de Beijing y había retirado a su país de la organización internacional, pero el nuevo Gobierno estadounidense, a cargo del demócrata Joe Biden, abogó el miércoles por una investigación internacional «clara y exhaustiva».
«Es imperativo que lleguemos al fondo del brote de la pandemia en China», dijo la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Sin embargo, Washington volvió a echar un manto de duda sobre la investigación y Psaki agregó que se evaluará «la credibilidad del informe de la investigación una vez que esté terminado».
Ante esta declaración, el vocero del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Zhao Lijan, confió en que Estados Unidos «respete los hechos y la ciencia y el duro trabajo de los expertos del equipo de la OMS».
También rechazó los «prejuicios negativos» y la «interferencia política» en el trabajo de los investigadores.
Además de los aspectos científicos, Beijing fue acusada de responder tarde a los primeros casos de contaminación descubiertos en Wuhan en diciembre de 2019, o incluso antes.
La semana pasada, un comité bajo mandato de la OMS determinó que «las autoridades chinas locales y nacionales podrían haber aplicado medidas de salud pública de forma más enérgica en enero» de 2020.