Rechazo y repudio. No hay más palabras para calificar cualquier nivel de violencia. Esta vez fue contra la máxima investidura del país y sucedió en Chubut. La violenta situación generada este sábado en la localidad de Lago Puelo en el marco de la visita presidencial, será materia de análisis en una investigación judicial que encabeza el fiscal de Esquel Carlos Diaz Mayer, mientras tanto las versiones sobre lo sucedido son variadas.
Lo cierto es que el vehículo que transportaba al Presidente de la Nación, Alberto Fernández, a la Primera Dama Fabiola Yañez y a funcionarios nacionales y de Chubut terminó con los vidrios rotos y se puso en peligro la integridad del mandatario nacional y la comitiva.
Luego de la pedrada que recibió el vehículo que transportaba a las autoridades, la definición tomada por la Guardia Militar fue suspender la visita en la zona que tenía como objetivo recorrer el lugar de los incendios y anunciar ayuda para superar el desastre que dejó el fuego. Fernández, no tuvo una recepción feliz.
En la cancha ubicada en la zona posterior a la escuela donde estaba previsto realizar el acto, lo esperaban los anfitriones locales, con el Gobernador Arcioni y los intendentes de la región a la cabeza. La presencia del mandatario provincial ya había despertado los cantos y reproches de la gente por su insistencia con el proyecto de zonificación minera.
Cuando el helicóptero bajó la situación no fue diferente. El Presidente se puso de cara al público para saludar y los gritos no cesaban. Mientras tanto se mezclaba el ruido de los bombos de los manifestantes de la UOCRA que habían llegado hasta el lugar también para marcar presencia. La UOCRA ha sido a lo largo de su historia reciente en Chubut uno de los gremios que impulsa la minería en la provincia de forma insistente y no siempre lo ha hecho de manera «amigable». En Esquel hay antecedentes de eso. Nada de lo contado hasta aquí es novedoso.
Sin embargo lo extraño es que no haya sido dimensionado por los grupos que tienen a su cargo la seguridad de los funcionarios. Evidentemente no lo hizo la Guardia Militar, las fuerzas de seguridad nacional y tampoco la Policía de la Provincia. Evidentemente no pudieron coordinarlo y ahí está parte de la falla. Y también la justicia tendrá que analizar por qué. El Presidente sale del lugar y habla sólo con un medio, C5N. Eligió. Igual que lo hizo el Gobernador de Chubut dos días antes en la Comarca. Fue más generoso, ahí eligió dos, uno el que pagamos todos.
El resto de los periodistas de la zona esperábamos pacientemente en el lugar donde nos dijeron se iba a realizar la conferencia de prensa después de una visita al edificio donde funciona el COEM de Lago Puelo y donde finalmente se hicieron los anuncios y a la postre se produjeron los incidentes. El Periodista de Bariloche Rodrigo Saliva logró registrar esa salida tumultuosa del Presidente Fernández, las pedradas y el precario sistema de seguridad que se registraba.
Las versiones ahora son variadas sobre el origen del desastroso escenario, inclusive con la denuncia de grupos del NO a la Mina que hablan de vehículos ligados con el Ministerio de Seguridad de Chubut que habrían actuado en el lugar infiltrados y que los acusan de tener directa relación con los hechos.
No sólo lo dicen los asambleístas, también habla de esto el Vocero Presidencial Juan Pablo Biondi en un tweet que publicó luego del episodio que no representa a la mayoría de los chubutenses.
Por su parte el Ministro de Seguridad, Federico Massoni apuntó contra el Intendente de Lago Puelo, Augusto Sánchez, y contra el diputado nacional Santiago Igón, quienes “eran los organizadores y nunca nos dieron el itinerario” de la visita del primer mandatario nacional dijo el funcionario de Chubut. Remarcó además que desde Nación “nunca nos notificaron de la visita. No solo no nos informaron, sino que todas las acciones llevadas adelante por el responsable de Casa Militar (a cargo de la seguridad del Presidente) entorpecieron cualquier tipo de propuesta nuestra para proteger al Jefe de Estado”, disparó.
El reproche era previsible
Lo cierto es que la provincia de Chubut sumó un día negro en un marco que ya venía mal. Si realmente alguien pensó que no se iban a producir manifestaciones este sábado, es un iluso. El mismo Arcioni burló a la prensa de la Comarca el viernes y se trasladó a El Maitén para dar una conferencia (de dos medios) en una visita que nunca anunció. Más bien la escondió. Así llegó a la cordillera. Lo que sí es cierto es que no se podían dimensionar las consecuencias de la manifestación. Y ahí es donde fallaron todos. La estructura nacional y la provincial.
El Presidente Fernández puso en manos de los chubutenses la definición del tema minero, una verdad de perogrullo. Lo hizo en la única expresión que tuvo en tierra chubutense (a un medio de Buenos Aires). Sin embargo no desmintió a Arcioni cuando este se encargó de difundir que el Presidente estaba muy interesado por la zonificación. Tampoco cuando en cada encuentro virtual del supuesto debate promovido por el gobierno de Chubut, el Secretario Hensel dedicaba un tiempo especial de su agenda. El descreimiento reina.
El gobierno de Chubut insiste con la zonificación. Los diputados dudan. Las promesas de contratos y bondades de la mano de la minería proliferan. Y el clima político agobia, agota y da asco. Mientras tanto la gran comunidad chubutense quiere paz. Los cientos de vecinos de la Comarca afectados por las devastadoras llamas siguen intentando recuperar energía y voluntad para volver a empezar.
Otra vez creyendo, fundamentalmente, en la solidaridad de sus pares. Las colas de autos sobre la ruta 40 de gente que llevaba lo que tenía para ayudar, dan cuenta de eso. Entregan lo que tienen en mano a las víctimas, no quieren entregar donaciones que luego sean usadas políticamente. Así estamos.