La situación precaria del continente americano en relación con los derechos humanos se ha visto «exacerbada» durante la pandemia y los abusos se volvieron todavía más evidentes en una crisis que trasciende más allá de lo sanitario, según el informe anual de Amnistía Internacional.
«Lo que la covid-19 ha venido a revelar es cómo aquellos grupos históricamente marginados en el continente, como consecuencia de las desigualdades, el abandono y los abusos sufridos durante décadas, quedan en una mayor exposición al impacto de la covid-19, no solo en términos de contagio y muertes», explicó a Efe Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional (AI).