Un equipo de científicos usó simulaciones por supercomputadora de la Universidad de Leicester (Reino Unido) para resolver el misterio de por qué las ráfagas de gas caliente expulsadas del Sol no se enfrían con la rapidez con que deberían. Cuando el viento solar, una corriente de partículas cargadas, golpea la Tierra, la temperatura alcanza los 100.000-200.000 grados centígrados, diez veces más de lo esperado.
Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Plasma Physics y basado en estas simulaciones sugiere que el viento solar permanece caliente durante más tiempo debido a la reconexión magnética a pequeña escala que se forma en la turbulencia del viento solar. Este fenómeno ocurre cuando dos líneas de campo magnético opuestas se rompen y se reconectan entre sí, liberando enormes cantidades de energía.
«La reconexión magnética se produce de forma casi espontánea y constante en el turbulento viento solar. Este tipo de reconexión suele producirse en un área de varios cientos de kilómetros, que es realmente diminuta en comparación con las vastas dimensiones del espacio», dijo el autor principal del estudio, Jeffersson Agudelo, del University College de Londres.
«Utilizando la potencia de las supercomputadoras, hemos podido abordar este problema como nunca antes. Los sucesos de reconexión magnética que observamos en la simulación son tan complicados y asimétricos que seguimos analizándolos», agregó.
El equipo ahora espera comparar las simulaciones con datos reales de la misión Solar Orbiter, diseñada para investigar los orígenes y las causas del viento solar y estudiar el funcionamiento de nuestro Sol.