Por: Martín Ulacia
Ni «yanqui» ni «abatido». La versión oficial sobre el accionar del grupo GEOP en Las Golondrinas es cada vez más cuestionada. El testimonio más potente es el de la compañera de Alejandro «Tino» John, Claudia Costa Basso, que contó su versión de los hechos en una radio de El Bolsón.
«Abatieron a un hombre que se atrincheró y disparó a policías en Las Golondrinas»; «Un poblador norteamericano murió baleado tras disparar contra la policía cerca de Lago Puelo»; «Las Golondrinas: La policía abatió a un hombre que efectuaba disparos contra las viviendas»; «Hombre disparó a policías y fue abatido», fueron algunos de los títulos que se leyeron el 27 de mayo, para describir los hechos sucedidos en Las Golondrinas, un paraje de la localidad de Lago Puelo, una de las zonas más afectadas por los incendios forestales de principios de marzo en la Comarca Andina.
Con honrosas excepciones periodísticas, este fue el tratamiento dominante de la historia. Una presentación similar a las noticias que cada tanto llegan desde EEUU, de masacres de civiles con armas de guerra, que con mayor o menor resistencia, siempre terminan siendo abatidos.
El reciente testimonio de Claudia, la compañera de «Tino» John, contrasta con la versión que el Ministerio de Seguridad de Chubut sostiene, acerca de una inevitable «neutralización», en palabras del mismo ministro Massoni.
Recuperaremos algunos fragmentos de la entrevista realizada por la colega Yamila Bogel en FM 93.3 Patagonia Andina, de El Bolsón, publicada el miércoles 2 de junio, y agregaremos otros hechos y novedades que rodean lo que podría ser un nuevo caso, acaso el más grave en los últimos tiempos, de violencia institucional en la provincia de Chubut.
EL CONTEXTO
«Él estaba tratado, medicado. El incendio fue traumático, porque él con sus hijos, dos motobombas y unos amigos estuvieron hasta las 11 de la noche que se dominó el fuego y salvaron la casa. Se quemó el galpón, se quemó el invernadero, se quemaron frutales. Tino trabajaba con fruta, se quemó la mitad de su producción del año. Se quedó sin alambrado, sin mangueras, sin agua, sin luz, todo eso empezó a hacer estrés. En el medio de todo esto su padre se descompensó, de lo cual nos tuvimos que hacer cargo Tino y yo también».
El 28 de mayo vecinos y vecinas de Las Golondrinas redactaron una nota exigiendo una «inmediata investigación» de los hechos, entre otras demandas. El sábado 29 los municipios de El Hoyo y de Lago Puelo emitieron un tímido comunicado donde expresaron «preocupación». El el interín, Federico Massoni, Miguel y Paulino Gómez, justificaron el accionar del grupo GEOP en varias conferencias de prensa y medios de comunicación.
«Llegábamos a Golondrinas sin agua, le pedimos a todas las entidades que correspondía y ni siquiera nos vinieron a ver, ni chapa, ni alambre, ni nada. Se metían caballos y se metía gente, y ese es el tema que yo trato de hilar y comprender, no voy a comprender nunca lo que le hicieron por supuesto».
Organizaciones de Derechos Humanos se pronunciaron vinculando los fundamentos del operativo (que sólo contaba con una orden de allanamiento) a la Resolución 145/20 del Ministerio de Seguridad, un calco del protocolo de utilización de armas de fuego (puesto en pie y luego de derogado) de la ex ministra de Seguridad de Nación Patricia Bullrich, montado en lo que se conoció como la «Doctrina Chocobar». La Comisión contra la Impunidad y por la Justicia, la Liga Argentina por los Derechos Humanos Regional Patagonia, el CELS, entre otros.
Chubut: un fiscal pidió la intervención del grupo táctico de la policía provincial (GEOP) para detener a una persona con padecimientos mentales que tenía un arma.
Lo mataron en su casa de un tiro en la cabeza y maniataron a su pareja por más de una hora https://t.co/PoA3pt1MwH
— CELS (@CELS_Argentina) May 31, 2021
«Tino empezaba a estar sin dormir, no quería dejar Golondrinas porque tenía miedo de una toma. La gente estaba tomando lugares. Empezamos a usar nuestros ahorros para empezar a comprar chapas. Ahí noté que estaba empezando a dormir poco. Un día se metieron unos tipos a buscar o a robar un caballo, y ahí Tino como cualquier hombre de campo salió con un rifle calibre 22, y los sacó, intimidándolos, y por eso ese día empezó a tirar, el resto no lo sé. Dicen que unos vecinos denunciaron, luego pasó el desastre del día después, que es por lo que estoy luchando».
Durante la sesión del día martes 1 de junio en la legislatura provincial, dos diputadas hicieron un pedido de informe al Ministerio de Seguridad. Ese mismo día, durante esa mañana, el ministro Massoni anuncia en una conferencia de prensa que evalúa crear el grupo GEOP en la Cordillera.
«Tino no usaba armas y hacía disparos. El miércoles cuando se metieron esas personas sacó el arma. Sí él estaba con miedo a las tomas. Yo no voy a estar 15 años con una persona que tira disparos. Fueron muchas capas de estrés juntas, dentro del miedo lógico de las tomas, estaba descompensado».
El fiscal Carlos Díaz Mayer declaró el 31 de mayo: «Puede ser una muerte en cumplimiento del deber o un homicidio, por el momento no podemos adelantar más sobre la investigación». Espera el resultado de la autopsia y analiza imágenes. Imágenes del operativo cedidas por la misma fuerza investigada por uso indebido de la fuerza. Ese mismo lunes, dos caravanas de vecinos, vecinas, familiares y amigos de John, partieron hacia la fiscalía de El Hoyo para reclamarle a Díaz Mayer que se esclarezcan los hechos.
EL OPERATIVO
«Yo estaba llegando a casa. Nosotros estábamos viviendo ahí hacía tres meses. Era la casa que había recibido como herencia de la sucesión de la herencia de la mamá. Iba caminando y veo bultos, y no sé porqué se me ocurrió que eran jabalíes. Entonces lo llamé a Tino, y me dijo ‘Ahora salgo a buscarte’. Le digo «Sí vení que tengo miedo, hay unos bichos’. Sigo caminando, y veo que los bultos se meten en la cuneta y veo un traje de militar, y ahí me di cuenta que algo pasaba. Y paso delante de ellos, y Tino me estaba esperando al lado de la casa, con el ayudante que lo estaba ayudando a hacer el galpón. Y escucho ‘Señora, señora’. Ya cuando escuché eso me dio miedo. Me acerco a Tino, ni un beso le alcancé a dar y le dije ‘Metéte adentro’. A Bruno (el ayudante) no lo vi. Alcancé a dejar la perrita en la pieza. Miré para el costado y entraban dos camionetas. Y de golpé se abrió la puerta, y entraron como 20 personas con cascos, con fusiles, a los gritos».
Según señala un informe del Ministerio Público Fiscal «El miércoles a la tarde la Comisaría de El Hoyo recibió un llamado de vecinos de Las Golondrinas, denunciando a un hombre estaba disparando desde su vivienda hacia las de los denunciantes. El personal policial acudió al lugar y fue recibido a los tiros por el atacante que, según relataron los uniformados, descargó un cargador, colocó otro y continuó los disparos hacia ellos con una pistola. Por esta situación debieron replegarse y retirarse del lugar sin poder concretar la prevención. En estas circunstancias, policía solicitó se autorice allanamiento con intervención del GEOP para secuestrar las armas. El pedido fue autorizado y al día siguiente tuvo lugar el allanamiento. Los efectivos del GEOP ingresaron a la vivienda del denunciado, lugar donde habrían sido recibidos a los tiros desde el primer piso de la vivienda. El relato de los efectivos da cuenta de que el agresor se encontraba parapetado en un espacio reducido, asomando apenas por un pequeño hueco para disparar y volviendo a ocultarse por completo luego de cada disparo. El GEOP tiró bombas de estruendo para disuadirlo, sin resultado. Producto del enfrentamiento, resultó fallecido el agresor por un disparo de la fuerza policial en su frente».
«Tino agarró el rifle, se fue para arriba. Yo le agarré la mano. No recuerdo si me preguntaron dónde está. Yo les dije que estaba afuera, para que se vayan. Rompieron a patadas la puerta de la habitación y del baño. Y ahí volvieron, yo estaba en la escalera como queriendo ir para arriba, me agarraron, se fueron para arriba, me pusieron en el living, me pusieron precintos, me tiraron los brazos para atrás, la boca para abajo y me precintaron. Y ahí se escuchaban balas y después silencio. Y después llegó la policía de El Hoyo, pusieron a una mujer y a un tipo, que fueron lo más sádico del mundo. Porqué yo gritaba ‘Qué pasó con mi marido’ y nadie me contestaba. ‘No podemos hablar’ me decían, ‘porque esperamos que llegue la fiscal’. Les digo ‘¿Son tan inoperantes que hacen algo así y hay que esperar una hora a la fiscal? Había un montón de policías adentro, no sé lo que hicieron. Les dije que llamen por favor a mi hermana. Yo tenía el teléfono en el bolsillo y seguía atada. Me dijeron «si no se queda tranquila le va a ir peor». Me soltaron cuando vieron por la ventana que llegaba la fiscal, la fiscal nunca me vio atada. Y no me dejaban llamar a mi familia. Yo les preguntaba porqué estaba atada. Fueron muy sádicos. Hasta apareció mi perrita pekinés toda mojada que se había ido al campo y me la trajeron. Y me dijeron ‘Acá tiene su perrita’. Y le digo ‘Soltáme para abrazarla’. ‘Si no se tranquiliza le tiro a su perra al campo de nuevo’. Así me trataron, como si fuera delincuente».
«Media hora después aparece un tipo y me dice ‘Acá tiene la orden de allanamiento’. Y yo le digo ‘¿Usted me está tomando el pelo? Quiero saber qué pasa con mi marido’. ‘Quiero sus datos’ me dijo. ‘Yo no le doy ningún dato si no me da datos sobre mi marido’. ‘Quiero la clave del Wi-Fi’ me decía. Le dije que yo no iba a hablar, hasta que vi un portafolio de Policía Científica y por un Walkie Talkie escuché: ‘Hay que confirmar la muerte…'»
«Por lo que yo entiendo, si tenés una orden de allanamiento la das antes, no después de que mataste a alguien, podrían haber golpeado la puerta y decir que venían con una orden de allanamiento. Yo no entiendo este ataque feroz, lo fusilaron. Después me enteré que le habían dado un disparo en la cabeza. ¿Fuerzas Especializadas? ¿Dónde estudian? Si tenés que neutralizar a una persona que no es delincuente, que estaba alterado y que estaba tirando tiros el día anterior podés tirarle un tiro en una pierna. Aparte fue tortura, fueron 20 personas y le tiraron una bomba de gases lacrimógenos y otra bomba de estruendo».
«A mi se me terminó todo, porque no entiendo la vida sin Tino, yo voy a sacar fuerzas, y como dije ese día, hasta la ONU no paro, primero por Tino, aunque no lo voy a tener nunca más, y segundo, para hacerle un poquito de justicia, porque lo asesinaron y no tenían porqué asesinarlo. Y no voy a parar, la fuerza la voy a sacar de ahí, después no sé qué pasará…».