La semana pasada, en la reunión de la paritaria nacional docentes entre el gobierno nacional y las burocracias sindicales, se acordó un salario básico testigo que continúa fragmentando al colectivo docente. Es un monto mínimo básico salarial que luego cada provincia negocia, y a la vez, se profundiza la entrega de las condiciones laborales y de vida por parte de la CTERA- Celeste, por ser el sindicato con mayor representación en el país.
El cuadro docente chubutense es el más crítico en los últimos años. Sin paritarias, con salarios congelados y hasta pagados en cuotas, sufriendo descuentos arbitrarios, sin que se ejecuten obras de infraestructura clave, faltan de partidas escolares al día, falta de TEG, conectividad y dispositivos para mantener la continuidad pedagógica, el esquema de vacunación completo. Y esto solo por nombrar algunos elementos del pliego de reclamos, frente al pago constante de las cuotas que componen los $87.000 millones de pesos de la deuda provincial, usurera e ilegítima.
La situación en la provincia
La provincia de Chubut hace años que lucha contra el gobierno ajustador de Mariano Arcioni, primero enfilado en las líneas del macrismo y hoy bajo el fernandismo, continúa con su política de ajuste hacia los estatales, con la continuidad del pago escalonado, y hoy bajo sueldos miserables y congelados. En el caso del sector docente, la última paritaria fue hace casi 20 meses atrás, por lo que los salarios se han licuado al 50% aproximadamente.
El inicio de ciclo lectivo se vio garantizado por el acuerdo entre las burocracias y el ministro Trotta, en su gira por todas las provincias a principio de año, para la firma del Protocolo de Retorno Seguro a clases. Sin embargo, como ya hemos denunciado anteriormente, no estaban dadas las condiciones salariales ni estructurales; hay más de 300 edificios que necesitan arreglos urgentes para poder garantizar la presencialidad con continuidad pedagógica; y por esta razón, la asistencia en burbujas se ve fragmentada, habilitando más la bimodalidad; y a la vez, con la carencia de dispositivos y conexiones que permitan que realmente haya continuidad pedagógica. Sin embargo, tanto la Celeste nacional como Trotta se jactan de haber solucionado el conflicto; pero este se encuentra totalmente vigente.
El salario básico para los docentes que recién inicia es de $24.065,58 y con adicionales, de bolsillo queda en $35.126,85; la paritaria nacional a comienzos de año estableció el salario básico en $31.000 y en la última una suba del 45% en tres cuotas; quedando en octubre en $38.000 y en diciembre en $41.000. Si bien al hablar de porcentajes, el monto parece ser bueno, la realidad chubutense nos demuestra lo contrario.
Sigue siendo un salario a la baja para los docentes; siendo que en abril de este año, según el Sindicato de Inquilinos de Chubut, la canasta básica rondaba los $95.000. Recordemos que durante el macrismo, la paritaria nacional docente estaba pegada al salario mínimo, vital y móvil, y que la Celeste nacional y Trotta acordaron despegarla. Sin embargo, los montos siguen siendo una miseria: en septiembre el SMVM será de $29.160. ¡El salario básico docente en Chubut apenas supera ese monto mínimo! Lo que debe destacarse es que en ese porcentaje está comprendido también un incremento de FONID, con recursos materiales y conectividad, y que el “incentivo docente” en la provincia se paga por fuera del recibo salarial.
El FONID en 2020 funcionó como un paliativo frente a la paritaria de 0%. Siendo que el sector docente en su mayoría está compuesto por mujeres, que son cabeza de hogar, nos encontramos de lleno con la doble explotación de la mujer, la precarización total por parte del Estado.
La situación epidemiológica es otro factor clave. El 96% de los docentes han recibido la primera dosis, pero sólo el 30% la segunda; es decir, no se cuenta con un esquema de vacunación completo que logre frenar a la variante Delta. En este aspecto también es clave destacar que la gestión de la Ministra de Educación Florencia Perata no ha reconocido las dispensas; y que se ha descontado a quienes la estaban usufructuando; sin devolución aún. Es decir, no aumentan los salarios, no destinan presupuesto a obras de infraestructura, no habilitan la creación y concurso de nuevos cargos; y se amenaza con ejecutar descuentos por los paros de 48hs de estas últimas semanas, ¡Es un ajuste brutal por donde se lo mire! Respecto de la situación edilicia, al no concretar obras previstas y necesarias, los edificios escolares no funcionan por completo, por lo que las escuelas están habilitadas en pocas aulas o, en el peor de los casos, los docentes y estudiantes están sometidos a una relocalización en edificios y espacios alternativos.
Frente al congelamiento de salarios, el gobierno anunció el pago de un bono excepcional, fijo y remunerativo por el valor de $6116 (con descuentos queda en $5000); se naturaliza así la depreciación del salario estatal. El gobierno de Arcioni y sus ministros toman medidas tan demagógicas como arbitrarias; como lo es la Resolución 623-21 ME, en la que se anuncia públicamente el retorno total de la presencialidad, dejando únicamente la bimodalidad para casos extremos, con un esquema de calendario organizativo de acuerdo a niveles. Este tipo de decisiones son un reflejo de las políticas de Rodriguez Larreta en AMBA y de Kicillof en provincia de Buenos Aires; es decir, ¡No hay grieta en las medidas propandémicas! A pesar del anuncio, es imposible de cumplir, por no estar dadas las condiciones de distanciamiento dentro de las aulas para la totalidad de estudiantes por curso.
Plan de lucha activo y con mandato de base
Es fundamental que se convoque a un Plenario de delegados docentes con mandato de base para elaborar un plan de lucha que logre torcer el brazo al gobierno ajustador. Es una vía para escapar de la contención que ejerce la burocracia sindical en la provincia, supeditada a los intereses del gobierno nacional (como es el caso de la Celeste). Vamos por el tercer plenario de delegados provincial de ATECH, votado en 2019 y aún sin convocatoria, cuando más del 60% del salario docente fue licuado por la inflación en la Patagonia. Estas 48 horas de paro anunciado tienen que tener un carácter activo, con movilizaciones en cada una de las localidades y la unidad con otras luchas en curso, como la de los trabajadores de salud y la amenaza constante de la instalación de la megaminería en la provincia.