Ya hace un poco más de 3 semanas que el interno Víctor Andrés Ramón se “escapó” del establecimiento federal penitenciario “unidad 6”, ubicado en la avenida 9 de julio de la ciudad de Rawson, donde debía cumplir una pena de 34 años.
Para que nos demos una idea del perfil de este tipo, es un bonaerense condenado por homicidio agravado, homicidio “criminis causa” (asesinar para no dejar testigos), robo en poblado y en banda y encubrimiento agravado. Según nuestras fuentes sería una persona “extremadamente fría y determinada” y en el 2011 fue que lo trasladaron de la provincia de Buenos Aires hasta la “U6” de Rawson.
Cuesta mucho creer una evasión de un lugar tan infernal como lo es la U6, los que hemos estado en sus interiores por nuestro trabajo sabemos que escapar de allí sería un desafío épico, sabiendo lo que es la infraestructura del lugar y las medidas de seguridad que existen allí.
En los pocos casos de fugas que se conocen de ese lugar, siempre se sospecha poderosamente, y con razón, del personal penitenciario.
Ni siquiera el proceso de fuga está claro, se dice que fue en el contexto de una refriega entre presos en donde uno de ellos terminó herido con un arma blanca en el tórax. Pero nada se explica sobre cómo Ramón hizo para recorrer un campo custodiado de 40, 6 hectáreas con total impunidad.
Pero es que no se duda solo de las autoridades del establecimiento, hay ciertos detalles que nos llevan a desconfiar del Ministerio de Seguridad de la Provincia y de los jefes policiales.
La Subsecretaría de Seguridad Informática de Massoni viene gastando fortunas siderales de las arcas públicas, “cableando” Rawson con cámaras de vigilancia.
Y hasta donde tenemos información, las calles aledañas a la U6 estarían cubiertas por esos dispositivos ¿Ninguna de las cámaras de vigilancia (muy caras, por cierto) captó algo?
Ni bien se dio, a las autoridades provinciales la información (muy tarde) por parte de la U6 de que se escapó el sujeto, Massoni y los jefes policiales como es de costumbre, en vez de ponerse a trabajar en buscar a Ramón y cercar de policías toda de la ciudad y fronteras de la provincia; iniciaron un hilo de reproches verdaderamente cabaretero: “Que no me dijeron nada” “Que me avisaron tarde” “Que no sabía”, etc. Como si eso le devolviera la tranquilidad a los chubutenses.
Paulino Gómez, director de Seguridad de Jefatura de Policía de Chubut dijo que “la fuga fue a la medianoche” y que él se enteró “muchas horas después” por un “periodista”. Luego mencionó que “durante la madrugada” mandó a la “jefa de la comisaría de la zona para corroborar la información” (la comisario Natalia Canteriño) y que recién se aseguró de lo que había pasado a las 6 de la mañana, cuando a través de un escrito oficial el establecimiento confirmó la fuga.
Miguel Gómez, el propio hermano de Paulino y jefe de Policía de la provincia lo contradice, afirmando que la jefa de la comisaría del lugar llega a las 00:30 horas a la unidad 6 en búsqueda de información. Alguien de los dos estaría mintiendo… y por algún motivo.
Hasta ese entonces, ni el Ministerio de Seguridad, ni la Policía de la provincia, ni aunque sea “por las dudas” movieron un pelo.
La actitud pasiva de las altas esferas policiales de Chubut nos recuerda a la muerte del fiscal Alberto Nisman en el complejo “Le Parc” de Puerto Madero. Sus custodios tuvieron que esperar 14 horas para abrir una puerta y tener una “información oficial” de que su protegido estaba muerto de un balazo, sin empeñarse en hacer algo muchas horas antes cuando se dieron cuenta que Nisman no respondía a los llamados.
Lo que llama poderosamente la atención es que el diario “massonista” JORNADA, ya a las 2 de la madrugada confirmaba la “evasión” de Ramón. En esas horas, ni Paulino Gómez, ni Massoni, ni ninguna otra autoridad había mandado a hacer controles policiales a las calles o medida de seguridad alguna, porque supuestamente todavía no estaban seguros. Asi que el director de Seguridad todavía se encontraba mandando gente al establecimiento para asegurarse.
El ministro de Seguridad Federico Massoni dice que se enteró, tarde también, en Caleta Olivia donde aparentemente se encontraba ocupado en su campaña política cuando escuchó los “rumores”.
En conclusión, parece que el diario “massonista” JORNADA estaba más informado que Massoni, lo que hace a todo el plantel del ministerio y a la Jefatura de Policía mucho más incompetentes de lo que parecen o bien habría algo muy oscuro de fondo, teniendo en cuenta que el diario JORNADA recibiría “gacetillas” del Ministerio de Seguridad indicándole qué poner y qué no poner. Parece descabellado que un medio que recibiría gacetillas del gobierno esté más informado que el mismo gobierno.
En los días posteriores no hubo operativo alguno en búsqueda del homicida, todo lo contrario, especialmente las zonas del valle y el interior, se las vieron particularmente desprotegidas, con muy escasa cantidad de efectivos policiales.
Paulino Gómez dijo que tenía información de que podría estar en Puerto Madryn pero a los poco días su hermano, el jefe de Policía, consideró al fugado un caso perdido y advirtió la gran probabilidad de que el homicida estuviera ya hace mucho fuera de la provincia.
Da la sensación de que por el hecho de no haber sido informados a tiempo, las autoridades hubieran como quien dice: “tirado la toalla” temprano. Algo que obviamente es impensable, sabiendo que las funciones que desempeñan el Ministerio de Seguridad y la Policía de Chubut no pueden ser incumplidas por un simple capricho.
Si hubieran existido realmente ganas de investigar, Massoni y los Gómez podrían haber hecho uso de las cámaras de vigilancia que tantos millones le viene costando al estado provincial y abocarse a inspeccionar las imágenes registradas en las zonas aledañas al establecimiento, las cuales duran 30 días en la memoria del sistema y después se borran automáticamente sin dejar rastros.
O también pudieron hacer uso del sistema LPR de patentes, que estaría ubicado en las grandes arterias de la provincia y permiten dejar registradas todas las patentes de los vehículos que transitan, independientemente de la velocidad que escalen los mismos.
Sin embargo, hay un sector de nuestras fuentes “muy mal pensada” que sostiene que lo que sucedió distaría de ser un caso de inoperancia institucional para supuestamente ser un caso de connivencia entre las autoridades gubernamentales de nuestra provincia y el personal de la unidad 6, con la hipotética finalidad de “liberar zona” a este homicida para que se escape del establecimiento y merodee libremente sin ser buscado.
¿Con que fin habrían hecho todo este presunto operativo? Allí se encuentra lo más preocupante, sabiendo las características del sujeto y la gravedad de los delitos por los cuales se encontraba purgando una condena de 34 años, se nos ocurren muchas ideas sobre cuáles podrían haber sido las finalidades de ese presunto operativo en donde estarían implicados el Ministerio de Seguridad de Chubut, la cúpula policial de Chubut y el Servicio Penitenciario Federal. Pero claro… hablamos de hipótesis.