De él van a depender entre otras fuerzas, el GEOP y la Guardia de Infantería. Lo tenían, como dicen los policías, “acobachado” en la Unidad Regional de Trelew y ahora Massoni lo premió dándole un cargo superior por ser leal a él. Se llama Cristian Sartor, dicen que es “un maltratador nato” y que de Comodoro lo tuvieron que sacar porque allí iba a terminar preso en cualquier momento.
Justamente en esa ciudad tiene los procesos judiciales por dos tentativas de homicidio en la comisaría de Mosconi, cargos por los que debería estar separado de sus funciones, como lo establece el reglamento policial; que para Massoni y los Gómez (los dueños de la policía del Chubut) solo existe cuando les sirve para destruirle la carrera a algún policía díscolo.
Sartor es uno de los que participó en el procedimiento ilegal en el que Massoni, haciéndose el policía bravo armado con una pistola 9 milímetros, llevo a cabo una detención por la que una jueza de Trelew pidió que se le abriera una investigación penal por la comisión de al menos cuatro delitos: una disposición que todavía ninguno de los fiscales de Miquelarena cumple, ¿raro no?
De ser un subjefe “invisible” en la Unidad Regional de Trelew que trataba de no aparecer en la prensa, precisamente, para no quedar en evidencia por esas causas de intento de asesinato que tiene en Comodoro, el obediente de Cristian Sartor ha pasado a ser en las últimas horas el máximo responsable de las fuerzas especiales, cargo que fue creado por el propio Massoni el año pasado para acomodar a uno de sus amigos que ahora está a cargo de la comisaría Primera de Trelew.