Trelew

La Escuela 787 no tiene gas desde agosto y es vandalizada con frecuencia

Violentos ataques y robos frecuentes acontecen en la Escuela 787 «Padre Lucio Sabatti» de Trelew, ubicada sobre calle 25 de Mayo al 4 mil, frente a la Estación Experimental INTA Trelew. El edificio escolar es contemporáneo, fue inaugurado en 2012, pero manifiesta abandono, provocado por el vandalismo constante.

Al deterioro edilicio se complementa la falta de gas desde agosto del presente año. El edificio de dirección y aulas junto al ala donde se desarrollan los talleres comprendidos en la currícula no tienen acceso a uno de los servicios vitales, y más allá de pedidos administrativos por nota, no conocen respuestas por parte del Ministerio de Educación del Chubut.

«Sólo Nación nos giró unos fondos para atender cuestiones necesarias para nuestra funcionalidad como institución, pero nadie más se preocupó por el lugar», comentó a EL CHUBUT la directora del establecimiento, Laura Baeza, mientras señalaba los distintos puntos de conflicto en una recorrida por las instalaciones.

DETERIORO

Baños clausurados, sectores inutilizados, paredes consumidas por la humedad, techos dañados, un panorama tétrico para un edificio que ni siquiera alcanzó su primera década.

El colegio tiene una matrícula de más de 300 alumnos. Y su currícula está apuntada al agro y al ambiente. Incluso, dentro del mismo predio, se construyó un ala dedicada a la siembra de especies vegetales y al depósito de las herramientas utilizadas para el usufructo de los estudiantes.

ABANDONO

A la falta de gas y al vandalismo constante, lindante al colegio se cimentó la vivienda del portero, que en julio de este año abandonó el lugar obligado por los ataques reiterados y violentos. En la actualidad, no tiene ni siquiera los marcos de puertas y ventanas. Por fortuna, la unidad no fue usurpada.

La escuela sostiene sus puertas del lado de adentro con sillas, para evitar que ingresen personas con intenciones de robo o daño. Se suman el robo del cerco (alambre olímpico), la rotura de luminarias exteriores, entre otros.
Los alumnos, más allá del riesgo al que se exponen, mantienen la presencialidad motivados por el interés de aprender; aunque también exigen respuestas.

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