“Un rápido aumento de Ómicron, como el que observamos en varios países -aunque se combine con una enfermedad ligeramente menos grave- provocará un gran número de hospitalizaciones, sobre todo entre los no vacunados”, declaró Catherine Smallwood, una de las principales responsables de OMS Europa, a la agencia de noticias AFP.
Ante las incertidumbres sobre la nueva variante detectada por primera vez a fines de noviembre en Sudáfrica, los países dudan entre fuertes restricciones y una estrategia más flexible debido a los signos de menor gravedad de Ómicron.
“Es demasiado pronto para decir si la ola de Ómicron será más o menos grave que la de Delta”, destacó Smallwood, “aunque los datos preliminares en las poblaciones más afectadas de Europa (Inglaterra, Escocia, Dinamarca) muestran que Ómicron podría dar lugar a un menor riesgo de hospitalización en comparación con Delta”, prosiguió Smallwood.
La especialista en respuesta de emergencia pidió que los datos preliminares se tomaran “con cautela”, ya que en la actualidad los casos observados se refieren sobre todo a “poblaciones jóvenes y sanas en países con altas tasas de vacunación”.
“Todavía no hemos visto el impacto que Ómicron tendrá en los grupos más vulnerables como las personas mayores que aún no han recibido una vacunación completa”, afirmó la experta.
Los primeros estudios en Sudáfrica, Escocia e Inglaterra muestran que Ómicron parece causar menos hospitalizaciones que Delta.
Según estos datos, aún muy incompletos y que deben ser tomados con precaución, Ómicron podría ser entre 35% y 80% menos grave que Delta.