Funcionarios de Ucrania partieron este jueves a Bielorrusia para una segunda ronda de conversaciones de paz con Rusia, que se manifestó lista para dialogar pero dijo que, mientras, continuará con su ofensiva en ese país hasta que deje de ser una amenaza.
Con señales de pocas probabilidades de un pronto acuerdo de tregua a una semana de la invasión rusa, la delegación ucraniana quería acordar, «al menos, corredores humanitarios» para la huida de civiles de los combates, dijo uno de sus integrantes.
En Moscú, el canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo poco antes que la delegación rusa en la vecina Bielorrusia, también fronteriza con Ucrania, ya entregó a la ucraniana sus exigencias en la primera reunión de hace tres días y que en la de esta jornada espera respuestas.
Lavrov dijo que Moscú estaba listo para retomar el diálogo pero que, mientras tanto, continuará con su ofensiva en Ucrania a fin de destruir infraestructura que Rusia considera una amenaza.
«Estamos dispuestos a negociar, pero continuaremos nuestra operación porque no podemos permitir que se mantenga en Ucrania una infraestructura que amenace la seguridad rusa», dijo Lavrov, informó la agencia de noticias rusa Sputnik.
El ministro más conocido del presidente Vladimir Putin dijo que Occidente ha estado armando a Ucrania, ha entrenado a su Ejército y construido bases en el país para convertirlo en un baluarte contra Rusia, reiterando justificativos de la invasión de Moscú.
De máxima, Ucrania exige un alto al fuego y la retirada de las tropas rusas.
Rusia pretende el reconocimiento de Crimea, la península ucraniana que se anexionó en 2014, como territorio ruso y la desmilitarización, la «desnazificación» de Ucrania y la promesa de un estatuto de país neutro que frene su ingreso a la OTAN.