Los perpetradores dejan los autos sobre tacos de madera y se llevan las cuatro ruedas de los vehículos en todos los casos, determinando un modus operandi fijo con la participación de por lo menos más de dos personas.
Desde comienzo de enero se han registrado decenas de estos hechos en por lo menos cuatro puntos de la ciudad. Sin embargo, el jefe de la unidad regional de Trelew Cristian Cedrón salió por la prensa oficialista a decir que solo se trata de un pequeño puñado de hechos y que los que cometen los mismos son un grupete de menores de edad.
Seguramente usted se preguntará cómo fue que el comisario llegó a esa conclusión; bueno pues, resulta que en estos días demoraron a un par de adolescentes con una llave cruz caminando por las calles, así que… ¡Caso cerrado!
Menos mal señor lector, que a usted no se le ocurrió ir a comprar herramientas similares a algún local de alguna zona barrial porque de seguro usted sería el principal sospechoso. Por las dudas sugerimos a través de este medio que los vecinos que tengan talleres en las inmediaciones a las zonas donde se perpetraron los hechos cierren sus puertas por un tiempo prudencial de tiempo, a efectos de evitar que terminen en la lista de “posibles autores” del Ministerio de Seguridad.
Cedrón dijo que eran jovencitos de entre “8 y 18 años”, nos cuesta imaginar a un nene de 9 o 10 años junto a sus amiguitos desplazando ruedas mal habidas con total impunidad por toda la ciudad.
De hecho, si la razón de salir a declarar estas ridículas expresiones a los medios consiste en una operación que tiene la finalidad de ayudar a la imagen de Miguel Castro, no estaría funcionando; pues si tomamos en serio el absurdo relato de Cedrón, la Policía y el Ministerio de Seguridad quedarían aún más ridiculizados si tenemos en cuenta que se cometieron alrededor de 10 hechos idénticos en cuatro puntos distanciados de la ciudad y por obra de un grupo de infantes/adolescentes que se movilizaría de este a oeste y norte a sur de la ciudad con ruedas robadas sin que puedan ser atrapados.
La caraduréz de Cedrón no quedó ahí, fue por más. Quizás en un intervalo de reflexión que lo llevó a concluir con que lo que estaba diciendo eran tonterías, quiso arreglarla, y le salió peor: dijo que “hay denunciantes que se auto-roban”.
Nos gustaría saber cómo se habrán sentido las víctimas de estos hechos al ser señalados implícitamente por el propio jefe de la regional de Trelew, como personas que quieren defraudar a las compañías de seguros.
Las aseguradoras obviamente están felices con las declaraciones de Cedrón, tanto quieren sortear el tener que indemnizar a sus asegurados que justo tienen la suerte de encontrar a un jefe policial que está del lado de las aseguradoras de vehículos y no de las víctimas.
No nos imaginamos también el grado de alegría que habrán tenido aquellos damnificados que no pudieron cobrar el seguro por el robo de las ruedas, porque como sabemos estas empresas muy lejos están de querer perder dinero pagando a los clientes y es por eso que a veces encuentran un hueco en el contrato de donde aferrarse para no hacerlo, por lo que muchas veces triunfan.
Sin dudas irán a adquirir nuevamente las ruedas a un local con una sonrisa de oreja a oreja por los dichos de Cedrón.