Curiosidades

Por qué la mirada humana permite estrechar el vínculo entre el perro y su tutor

Ha quedado demostrado que los perros reaccionan distinto si alguien los mira comparando esa actitud cuando están solos.

Se realizaron numerosos experimentos intentando averiguar si los perros reaccionan cuando alguien los mira, queriendo comunicarse con esa persona. Pareciera ser que mirar al perro conduce a que modulen sus expresiones faciales con una clara intención comunicativa.

En un experimento se pretendió diferenciar si buscaban comunicarse o solo se trataba de un reflejo emocional, quedando demostrado que “leen” la expresión humana y son capaces de querer comunicarse a través de su actitud corporal y gestual.

Esto había quedado casi demostrado en otros estudios en los que, cuando el ser humano no los veía, su actitud frente a la misma situación era totalmente diferente que cuando los veía.

Se sabe que los perros distinguen tonos, términos e incluso los diferentes idiomas. En primer lugar, la conclusión del estudio es que si el ser humano está atento frente al perro aumentan sus expresiones faciales, especialmente el hecho de levantar las cejas, jadear y las vocalizaciones, intentando comunicarse.

Asimismo, el estudio muestra que un estímulo, como puede ser la comida, que es excitante para cualquier perro, no tiene efecto directo sobre la producción de esas expresiones faciales.

Mirar al perro les determina atención y ellos actúan en consecuencia frente a esa atención. Aunque parezca obvio esta conclusión ofrece una ventaja muy importante a la hora de intentar lograr algo con un perro, ya sea entrenarlo o relacionarnos con él: mirarlo a los ojos facilitará la tarea.

Pero ¿cómo lo miro a los ojos si no me está mirando? Llamándolo primero por su nombre.

En suma, la secuencia sería:

1. Lo llamo.

2. Cuando me mira, le doy la orden.

3. Cuando la realiza, inmediatamente refuerzo con algo que le guste (recompensa).

Más de una vez le pedimos algo a nuestro perro que ni siquiera nos esté mirando y nos enojamos porque no obedece a lo que le decimos. Es muy difícil que un perro que convive con seres humanos parlanchines entienda que nos estamos dirigiendo a él, sin llamarlo primero. Seguramente en muchas ocasiones será que no es él el destinatario, por eso es importante reclamar en primer lugar su atención.

Por último, como conclusión a este estudio se sabe que los perros “roban” comida preferencialmente cuando el ser humano no los mira. Es importante dejar en claro que los perros no saben que están haciendo algo malo, ya que ese es un exclusivo concepto de la ética humana.

Saben que eso que quieren hacer porque les atrae la recompensa, es mejor llevarlo a cabo cuando el ser humano no mira, porque de hacerlo si lo están mirando probablemente reciban un reto que no comprenderán. Por lo tanto, es mejor evitarlo.

Hay ciertas pautas para comunicarnos con nuestros perros.

En primer lugar la llamada ley de tonos. Para vincularnos positivamente debemos utilizar tonos agudos y en volumen bajo con entonación complaciente. Luego lo que podemos considerar como las 5 P“Premio”, el refuerzo positivo con caricias o comida facilita el contacto y estimula la comprensión. “Paciencia”, que se basa en que los perros hacen un esfuerzo importante para entendernos y debemos tratar de hablar su mismo idioma. La tercera es “persistencia” y radica en ser constante y avanzar en las repeticiones.

Además las palabras, cuando queremos comunicarnos con un perro, deben ser claras, cortas y concisas. Luego, las palabras siempre deben ir acompañadas de señales físicas concretas, así no sólo nos entenderá mejor, sino que también será más fácil comunicarse en ambientes ruidosos. También es fundamental respetar al perro que, aunque suene exagerado, se trata de una persona no humana y lo merece. Finalmente, siempre evitar el castigo. Si no entiende habrá que repetir cambiando el código, el lugar y los refuerzos pero jamás el castigo tendrá el éxito como final.

*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.

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