Varios amigos de Fernando Báez Sosa señalaron ayer a los rugbiers que agredieron al joven hace tres años, hasta provocarle la muerte, a la salida de un local bailable en Villa Gesell, en el segundo día del juicio que se desarrolla en la ciudad bonaerense de Dolores.
Nueve testigos, quienes habían viajado con Báez Sosa de vacaciones en aquella ocasión, identificaron a los rugbiers, entre ellos a Máximo Thomsen y Enzo Comelli, como dos de los responsables de haberlo golpeado con saña.
De hecho, alguno de ellos -Lucas Begide- señaló directamente a Thomsen por haberle dado una patada en la cabeza a Fernando, cuando éste ya estaba indefenso, ante el ataque grupal.
En ese momento, la madre de la víctima, Graciela Sosa, quien estaba en la sala, sufrió una descompensación y debió ser atendida por el personal médico, aunque poco después pudo recuperarse.
Desde la mañana pasaron por la sala Juan Besuzzo, Santiago Corbo, Julián García, Lucas Begide, Lucas Filardi, Federico Tavarozzi, Tomás Dalessandro, Fernando Raulera e Ignacio Vaudagna, amigos de Fernando, y testigos de los ocurrido la noche del 18 de enero de 2020, cuando los acusados perpetraron un ataque feroz contra el joven fallecido.
Fernando Burlando, abogado de la familia Báez Sosa, le preguntó a Besuzzo lo que había sucedido en la puerta del boliche Le Brique esa noche, a lo que el chico respondió sin dudar: “Fue una emboscada”.
Por su parte, Raulera identificó a Luciano Pertossi y Ayrton Viollaz como integrantes del grupo que agredió a Báez Sosa: “Cada vez que les pedíamos que paren le pegaban con más saña. Fue un ataque feroz, sin piedad”, dijo el testigo.
Asimismo, y mientras hablaba Tavarozzi, dos de los acusados intercambiaron unas palabras con su abogado defensor, Hugo Tomei, en la primera reacción que mostraron los acusados desde que este lunes se inició el juicio en el Tribunal Oral Número 1.
Tavarozzi expresó que la noche del episodio se alejó del grupo para hablar por su celular y por eso vio el ataque desde otra posición: “Vi a Fernando tirado, y también a mis otros amigos lastimados”.
Otro de los testigos, Juan Bautista Bezzuso, sostuvo que Máximo Thomsen le dio tres patadas en la mandíbula a Fernando.
Bezzuso dijo que él vio cuando uno de los atacantes le dio “una piña a Fer que lo sienta y cae de rodillas” y al instante le daban “patadas en la cabeza”. “Estaba como inconsciente”, fue el recuerdo sobre su amigo cuando cayó al piso por los golpes.
“Una bermuda marrón y una camisa blanca” tenía quien le pegó, a lo que el fiscal le pidió si podía identificarlo, y el testigo ratificó: “Enzo Comelli”.
Al terminar la audiencia, Graciela Sosa, ya respuesta de su descompensación, aseguró que “siempre” quiso escuchar “cómo fue que mataron a Fernando y hoy fue ese día”.
Señaló además que pudo comprobar que su hijo “pidió clemencia levantando un brazo para que dejaran de pegarle”.
“Es muy difícil para una madre ver todo eso. Los testigos relataron todo, los chicos querían salvar a Fernando”, señaló Graciela, junto a su esposo Silvino Báez.
“Debo ser fuerte para seguir buscando justicia para Fernando y que no vuelva a haber otro Fernando. Nosotros ya no somos nada.
Somos dos infelices que caminamos por este mundo sin sentido”, agregó.