El triunfo de una coalición opositora después de 20 años expresó la necesidad urgente de cambio, que manifestaron los ciudadanos. Los desafíos que enfrentará la nueva gestión.
La última vez que hubo un intendente radical en Trelew fue entre 2001 y 2003. Ese año, el triunfo del peronista Mario Das Neves como gobernador por primera vez, empujó al escribano peronista Horacio Gómez a una victoria muy reñida en esta ciudad sobre José Gatica (UCR), que había reemplazado a Gustavo Di Benedetto, electo diputado nacional en 2001. Gatica perdió por tres votos. Estuvieron cinco días haciendo el escrutinio urna por urna, mesa por mesa. El triunfo de otro radical debió esperar 24 años, ocurrió ayer, y fue muy amplio incluso en sectores populares, clase trabajadora votante habitual del peronismo. Por eso, por el amplio apoyo en toda la ciudad, Gerardo Merino es el nuevo intendente de Trelew.
La trilogía de intendentes radicales desde 1983 con Alfredo García, Gustavo Di Benedetto y José Gatica habían dado la pauta de gestiones prolijas, normales, de una Trelew que aún tenía pretensiones de crecimiento. Luego, hubo 20 años de administraciones justicialistas de distintos colores y líneas internas, incluyendo los últimos ocho años de Adrián Maderna, que han sumido a la ciudad en el pobrismo y la miseria clientelar. A ello le dijo «no» la ciudadanía ayer. Los ciudadanos de Trelew votaron por la reconstrucción.
No es sencillo el panorama que tendrá Gerardo Merino por delante. Deberá ingresar a la Municipalidad el 10 de diciembre de este año con la voluntad de hacer cambios profundos, y de «limpiar» la municipalidad en todo sentido: de ñoquis, de estructuras clientelares, de bolsones, de cooperativas informales, de probables negociados, irregularidades, desprolijidades y «tongos». Tendrá que formar un equipo que pueda garantizar los servicios semi paralizados de la ciudad.
Merino no podrá gobernar en soledad o sólo con JxC. El intendente electo, que ayer pidió diálogo amplio, debe ahora convocar a las fuerzas políticas que perdieron, porque las va a necesitar. También a quienes derrotó en la interna. Poner de pie a la ciudad otra vez llevará más de una gestión.
Puede que el ingreso a la Municipalidad depare sorpresas. Gerardo Merino deberá revisar los números de la municipalidad, lo que incluiría una grosera deuda con todo tipo de proveedores. La consolidada, y la deuda «pinche», la que no aparece en la contabilidad. Pero el desfile de cobradores documentados será importante.
Merino contará con un Concejo Deliberante favorable producto de la amplia diferencia conseguida, y debe aprovechar esa oportunidad para avanzar en las reformas que Trelew requiere. Luego, deberá apoyarse en los gobiernos provincial y nacional, del color político que fuere. La ciudad necesitará recursos, crédito, e imaginación.
En lo político, la victoria de Gerardo Merino no es individual. Tiene un gran mérito el senador nacional Ignacio Torres (PRO), que lo «rescató» al ahora intendente electo de la interna radical, cuando la UCR había optado por el ex ministro de seguridad Federico Massoni para la intendencia. Torres transformó en competitiva la candidatura de Merino, y le ganó al radicalismo una interna cerrada. Que es como ganar al fútbol de visitante, con diez y el árbitro en contra. Merino, expresidente del Comité Trelew de la UCR, será ahora el cuarto intendente radical de la ciudad desde 1983. Su triunfo va a servir para fortalecer a la alianza opositora, para unificar al radicalismo de Trelew que cuenta con grandes cuadros en gobiernos provinciales y locales, pero además, le dará al senador Ignacio Torres una propulsión importante en su carrera por la gobernación. Aunque suene como un contrasentido, el triunfo del radical Gerardo Merino pudo haber lesionado la candidatura a gobernador del radical Damián Biss, presidente del partido. Biss compite con Torres por la candidatura a gobernador.