«¿Si estoy preocupado? Muy preocupado. Si a mí me dejaron una bomba, a él le dejaron diez». Aunque la despedida era de Horacio Rodríguez Larreta, la estrella de la noche, el último jueves en el Teatro Colón, parecía Mauricio Macri. O al menos así se lo hacían sentir los dirigentes, periodistas y cholulos que lo paraban a cada paso en la antesala del evento. Y el ex presidente repetía su latiguillo sobre lo que podría ser el arranque de la gestión de Javier Milei.
La incertidumbre de Macri, según dejaba traslucir, crecía con algunos de los últimos movimientos del líder libertario. «A veces va para acá, a veces va para allá. Ahora está rodeado de peronistas», ampliaba en clara señal de disgusto, gesticulando con las manos, mientras mechaba críticas a Juan Román Riquelme, su rival en Boca, a quien directamente tildaba de «mentiroso».
En cuanto a la política nacional, una de las primeras advertencias que le había hecho el ex mandatario a Milei, pos primera vuelta y de cara al balotaje, era justamente que no confiara en el peronismo. El alerta se reforzó con el triunfo en segunda vuelta, pero, para desilusión de Macri, no lo estarían escuchando.
«Scioli en la embajada de Brasil, el viceministro de Interior o Justicia que seguirían, Royón en Minería, la gente de Schiaretti en Anses y Transporte, Roust que era vocero de Alberto y trabaja con Santa María y Wado de Pedro iría a manejar la pauta en la secretaría de Medios. Tenés del peronismo federal y también del no federal, kirchneristas…», enumera una fuente que sigue de cerca las negociaciones sin que Clarín pueda meter bocado.
Y enseguida apunta al futuro funcionario detrás de la peronización libertaria: «Es toda de Guillermo Francos», resume, para cuestionar el accionar del próximo ministro de Interior y uno de los hombres clave en el armado de Milei. Francos estaba también detrás de la movida para ubicar a Florencio Randazzo como jefe de Diputados, maniobra que quedó abortada por el rechazo (entre otros) de Cristina Kirchner.
Para intentar recomponer la relación, Macri y Milei tuvieron una larga charla el viernes. Desde el entorno del ex presidente hablaron primero de un contacto telefónico. Otras fuentes confirmaron luego que también hubo un diálogo personal. La mirada de Macri, sobre las designaciones, de todos modos, no varió. Y así se lo hizo saber a su aliado electoral.
Apoyo original y contacto abierto
El acuerdo entre Macri y Milei, del que también participó desde su origen Patricia Bullrich, la derrotada candidata que Juntos por el Cambio, constaba de tres patas: apoyo en los medios para la campaña, ayuda con la fiscalización (donde la UCR dio un soporte fundamental en las sombras) y garantía de gobernabilidad, acompañando los proyectos desde el Congreso.
Según Macri, aquel llamado «Pacto de Acassuso» (la reunión se hizo en la casa del ex mandatario en esa localidad del norte del GBA) no incluía nombramientos en cargos de primera línea. Sin embargo, varios ex funcionarios de Cambiemos se fueron sumando.
Los nombres más trascendentes son Luis Caputo en Economía y Bullrich en Seguridad, que estarán a la cabeza para resolver los dos problemas que más aquejan a la sociedad: la inflación y la inseguridad.
«Esas designaciones son a título personal, no del PRO. Lo mismo que lo de (Luis) Petri en Defensa. No es en nombre de la UCR», amplían cerca de Macri, donde también perdura cierto enojo por el no nombramiento de otra ex cambiemos, María Eugenia Talerico en Migraciones. «Dijeron que la había vetado Mauricio y es mentira. El no veta a nadie. El que no quiso nombrarla fue Francos seguramente para darle lugar a otro peronista», vuelven sobre el tema.
Y cierran: «A cambio de qué se hacen estos acuerdos, lo veremos. Hay que ver cómo resulta. Porque tampoco se está nombrando gente del PRO y Juntos por el Cambio en segundas y terceras líneas». Esos lugares que no ocupan macristas, advierten en la oposición, podrían ser ocupados incluso por funcionarios de la actual gestión, como algunos de los casos enumerados.
Petri, otro punto para Bullrich y nuevo disgusto para Villarruel
El último nombramiento confirmado por los libertarios, la llegada de Luis Petri a Defensa, es claramente otro poroto que suma Bullrich. La ex titular del PRO manejará Seguridad y su compañero de fórmula, Defensa. «Es parte del acuerdo con ella, claro», confirman lo evidente desde La Libertad Avanza.
Como contó Clarín, quien se suponía estaría a cargo del tema sería la compañera de fórmula pero de Milei, Victoria Villarruel, que fue desplazada de las principales designaciones en el Ejecutivo. El propio candidato presidencial aseguraba en campaña que ella se pondría al frente de esas áreas, con gente propia, y no pasó. A su manera, Milei debió acordar con la casta.
«Victoria había propuesto en campaña que la conducción del ministerio de Defensa fuera técnica, pero el presidente (por Milei) definió una conducción que tiene que ver con acuerdos.políticos», responden a Clarín cerca de la vicepresidenta electa. Otra interna abierta.