Un invierno más y casi parece que es tradición, los casos de covid han vuelto a crecer de forma exponencial. Pero lo que es anormal es la situación que se está viviendo en España desde hace unas semanas con un término desconocido hasta la fecha, la tripledemia.
Una palabra que no se había usado en estos años, pese a la dureza del impacto de la infección que obligó al confinamiento en marzo de 2020, que ahora se repite en medios de comunicación y en espacios sanitarios.
Se trata de un cóctel que ha disparado los contagios en España de diferentes tipos de virus. Casos de covid, de gripe y del virus respiratorio sincital (VRS) que suele causar la bronquiolitis.
Y no parece casualidad que justo durante las fechas navideñas, días de reuniones familiares, con amigos y con muy poco distanciamiento social, la ciudadanía ha vuelto a contagiarse, colapsando a su vez algunos centros sanitarios de diferentes puntos del país.
Crece la tasa de positividad
Es realmente difícil no conocer a alguien cercano que haya pasado una fuerte gripe en las últimas semanas. Algo que, con los datos oficiales del Ministerio de Sanidad en mano, se trata de un repunte en la tasa de positividad.
El informe semanal Vigilancia centinela de Infección Respiratoria Aguda en Atención Primaria (IRAs) y en Hospitales (IRAG): Gripe, COVID-19 y VRS del ISCIII, adscrito al Ministerio de Sanidad, recopiló datos sobre la semana de Nochebuena y puso de manifiesto que hay un preocupante aumento de infecciones respiratorias.
En un período de siete días, las tasas han pasado de 532 a 908 casos por cada 100.000 habitantes. Algo que se refleja en la tasa de síndrome gripal, que presenta «una fluctuación al alza», con unos positivos que han crecido del 20% al 25%.
En relación con el covid, el porcentaje ha crecido del 12,6% al 13,6%. Algo que muestra un leve repunte de los contagios, aunque del mismo informe se desprende que el 98,5% de los virus gripales detectados han sido identificados de tipo A.
Pese a todo, los expertos reconocen que son datos parecidos a los registrados en las navidades de otros años. El presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Óscar Zurriaga, aseguró hace unos días a EFE que «no estamos desde luego por encima de lo que hemos visto antes de la pandemia» y considera que se trata una temporada «relativamente normal».
«Estamos en el momento de ascenso de la curva epidemiológica», explicó, antes de destacar que el pico se registrará tras las fiestas de los Reyes Magos. Por ello defendió que la mascarilla, cuando hay síntomas, es algo que «no deberíamos abandonar» y reconoce que «siempre es buena idea» estar vacunado.
En regiones como la Comunidad de Madrid ya han anticipado algunos datos de la última semana de 2023. El último informe epidemiológico de la Consejería de Sanidad madrileña recoge un incremento del 27,7% en los casos de covid y un 84,64% en los declarados de gripe.
La parte positiva de los datos aportados por el Ejecutivo autonómico es que la incidencia de infección por Virus Respiratorio Sincitial en Atención Primaria se ha situado por debajo de la semana anterior y los datos de bronquitis/bronquiolitis en menores de 0-4 años han caído un 37,4%.
La consejera de Sanidad madrileña, Fátima Matute, aseguró este martes tras su visita al centro coordinador del Summa112 en el Hospital Zendal que la incidencia del covid es estable y la gripe «no reviste mayor gravedad ni mayor necesidad de ingresos».
«Están aumentado, pero no exponencialmente que lleguen a producir un colapso en el servicio ordinario del hospital. Hemos reforzado porque el personal está vacaciones y también cogen infecciones respiratorias. Estamos encima de controlar estas variables en estas fiestas», señaló.
Una «última semana horrible»
Algunos sindicatos sanitarios ya han alzado la voz por el impacto que se está haciendo notar en algunos centros hospitalarios. En el caso de Madrid, desde CCOO, denuncian la presión que vive uno de los hospitales de la región, el Hospital Universitario Príncipe de Asturias.
Critican que el centro hospitalario sufre claras diferencias en comparación con un hospital que está a 17 minutos en coche, el situado en la provincia de Guadalajara, como las jornadas de 35 horas, y hace que los sanitarios se vayan a trabajar al municipio castellanomanchego.
Ainara López, delegada de prevención de CCOO en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, reconoce que «llevamos una última semana horrible». «El problema es que la urgencia está con pasillos, es decir, cuando no hay espacio para atender a la gente», detalla.
No cuentan con «camas físicas» y «se les deja en una silla haciendo cola». «Hay unas 20 personas esperando en urgencias para tener una cama. Están hasta ocho horas sin ser atendidas por un médico. Está todo desbordado», añade.
A la presión asistencial hay que sumarle las bajas laborales del personal por las mismas enfermedades. Ainara López explica que, tras hablar con la dirección de gestión, porque se han doblado los esfuerzos de algunos trabajadores, se les ha transmitido que la Consejería de Sanidad madrileña está «denegando la petición de contratos extra para reforzar». «Estamos viviendo una situación caótica», advierte.
Se triplica la venta de test de antígenos
Ya ocurrió en las pasadas navidades y no iba a ser menos en la actual. El aumento de los casos de gripe y covid durante la semana de Navidad ha hecho que muchas personas hayan decidido acudir a las farmacias para hacerse una de las pruebas rápidas.
Con el objetivo de saber cuál es la enfermedad que tienen, las ventas de test de antígenos en estos establecimientos han crecido en todas las comunidades autónomas.
Según los datos de la consultora IQVIA a los que ha tenido acceso EFE, las compras se han triplicado respecto a los datos de la primera semana de diciembre, con más de un millón de unidades.
En el mes de noviembre las ventas de test de antígenos rondaban las 300.000 unidades, pero comenzaron a dispararse en el puente de diciembre, y se llegaron a dispensar 500.000 pruebas en la semana del 11 de diciembre.
Según el documento al que ha tenido acceso EFE, el incremento se debe a «un comportamiento más habituado a convivir con el virus por parte de la población y una percepción de la enfermedad como menos letal».
Afectan más a mayores y niños
Fátima Matute recordó que con todas las infecciones respiratorias hay dos grandes grupos de personas vulnerables, los mayores y los niños. «Son los que más se contagian y los síntomas pueden ser más aparatosos», incidió.
La consejera de Sanidad quiso recordar que es un caso espacio para los mayores porque «una infección respiratoria les puede desequilibrar otras enfermedades que tengan de base».