La ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva, generó controversia al relativizar el ataque al fotoperiodista Pablo Grillo y señalar que “nadie me pregunta por los policías heridos”.
La ministra de Seguridad de la Nación, Alejandra Monteoliva, volvió a encender el debate público por sus declaraciones sobre el ataque a Pablo Grillo, el fotoperiodista que resultó gravemente herido durante la represión policial en una marcha en marzo. En una entrevista televisiva, Monteoliva fue consultada sobre la agresión que sufrió Grillo, quien recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza y aún se encuentra bajo atención médica, en estado delicado.
Ante la consulta, la ministra optó por hacer una comparación que despertó críticas en ámbitos políticos y sociales. Monteoliva aseguró que “uno siente dolor por lo que le pase a Grillo o a los 280 policías golpeados, pero nadie me pregunta por los policías”, según lo expuesto en Política Argentina.
La funcionaria argumentó que, desde su perspectiva, la atención mediática se centra únicamente en el periodista, aunque —dijo— también hubo efectivos de seguridad lastimados durante los enfrentamientos. En ese marco, sostuvo que el operativo estuvo dentro de los protocolos de actuación previstos por el Ministerio y que “no hubo un mal accionar de la policía” al referirse al accionar de las fuerzas en la jornada en cuestión.
Además, Monteoliva remarcó la complejidad técnica para determinar el origen del disparo que lesionó a Grillo: “es muy difícil identificar la trayectoria específica del disparo de la cápsula de gas”, agregó en sus declaraciones.
El ataque a Pablo Grillo se produjo en el marco de una represión durante una marcha de jubilados frente al Congreso, un operativo que dejó numerosos heridos, entre civiles y policías, y que generó una fuerte reacción de organismos de derechos humanos y de sectores de la prensa. Organizaciones como el CELS y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han manifestado su preocupación por el uso de la fuerza en manifestaciones públicas y han exigido que se garantice la libertad de expresión y el derecho a la protesta.
Las declaraciones de Monteoliva se producen en un contexto de fuerte tensión política y social, donde la actuación de las fuerzas de seguridad en manifestaciones ha sido foco de críticas tanto a nivel nacional como internacional.




