En un reciente anuncio, el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, oficializó la decisión de suspender los aumentos programados en las tarifas de luz y gas para el mes de mayo. Esta medida, comunicada a través de una nota interna dirigida al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, entra en vigor tras procedimientos administrativos.
Caputo hizo hincapié en la importancia de consolidar los esfuerzos del Gobierno para contener la inflación, retrasando la implementación de los ajustes estipulados por los entes reguladores de la electricidad (ENRE) y del gas (ENARGAS). Estos ajustes abarcaban los ingresos de las empresas prestadoras de servicios públicos de transporte y distribución, así como los aumentos estacionales en el precio de la energía y el precio del gas en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST).
En un mensaje publicado en Twitter, Caputo expresó: «Porque estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar con más gastos a la clase media, de momento.».
Esta medida gubernamental tiene como objetivo mantener una tasa de inflación controlada mes a mes, con el fin de respaldar su base de apoyo popular. La suspensión de los aumentos en las tarifas busca evitar un incremento sustancial del 77% en el precio mayorista de la energía y un aumento estimado entre el 10% y el 12,5% en las tarifas de transporte y distribución.
No obstante, fuentes oficiales indican que estas medidas están sujetas a varias condiciones, incluida la estabilidad de las cuentas fiscales, la continuación de la tendencia decreciente en la inflación y una leve mejora en el poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones. Además, se ha decidido posponer la implementación de la Canasta Básica Energética hasta más adelante en la temporada invernal.
Por otro lado, la ex presidenta argentina, Cristina Kirchner, criticó esta decisión de suspender los aumentos en las tarifas, sugiriendo que el Gobierno busca evitar que los usuarios no puedan seguir pagándolas. Un informe de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) reveló que el gasto en electricidad representó el 3,45% de un salario promedio del sector formal en febrero de 2024, marcando un máximo histórico en los últimos 30 años.
La clave fiscal que permitió la adopción de esta medida fue la reducción de los subsidios a la energía durante el primer cuatrimestre de 2024. Los subsidios acumulados alcanzaron los 1.101 millones de dólares, registrando una disminución del 63,2% en comparación con el año anterior.