El Senado está en la antesala de una decisión crucial que podría afectar los bolsillos de cerca de un millón de trabajadores argentinos. La medida en cuestión es la reimposición del impuesto a las Ganancias sobre los salarios, que está pendiente de aprobación final en la Cámara alta.
Según el proyecto del Gobierno, los empleados comenzarán a pagar este impuesto con una remuneración bruta mensual de $1.800.000. En cifras netas, esto se traduce en un salario de $1.494.000, sin deducciones aplicables por cónyuge, hijos, ni gastos adicionales como alquiler o servicio doméstico.
La propuesta legislativa establece que el salario neto más bajo para tributar este impuesto es de $1.781.277,39 para un empleado soltero con dos hijos menores. Por otro lado, un empleado casado con dos hijos menores no tributará si su salario bruto es inferior a $2.400.000, equivalente a un neto de $2.081.277,39.
Los empleados sin deducciones aplicables y con un salario bruto de $3.200.000 abonarían mensualmente $247.564,83 en concepto de este impuesto. Si este mismo empleado declara dos hijos menores, el monto se reduce a $189.796,73, representando un 7,7% y un 5,9% de su sueldo bruto respectivamente.
En el escalafón más alto, un empleado soltero con un salario de $5.100.000 pagaría $821.050 al mes. Con deducciones por dos hijos, la cifra desciende a $735.408,07. Para un trabajador en igual condición pero casado, el monto a pagar sería de $659.999,97, representando el 12,9% de su salario bruto.
Este nuevo esquema impositivo propone alícuotas más progresivas, fluctuando entre el 5% y el 35%, donde la tasa máxima se aplicará a ingresos superiores a $36.450.000. Además, se proyecta un incremento de entre el 32,07% y el 150,73% en los tramos de las escalas respecto al proyecto presentado en enero.
Las deducciones personales se ajustarán anualmente según el Índice de Precios al Consumidor, reflejando incrementos entre un 183,75% y un 186,65%. Se mantienen las deducciones especiales para algunos jubilados y pensionados en 8 haberes mínimos garantizados.
El proyecto también elimina varias exenciones fiscales, incluyendo las relacionadas con el Sueldo Anual Complementario y ciertas compensaciones laborales. Asimismo, se derogaron beneficios adicionales para residentes de la zona patagónica y se suprimieron deducciones por movilidad, viáticos y otros gastos para docentes.
Este ajuste fiscal representa un cambio significativo en la estructura tributaria y podría tener un impacto considerable en la economía personal de los trabajadores afectados, así como en la recaudación fiscal del país.