La reciente propuesta de la Ley de Bases en Argentina incluye un artículo que podría permitir la anulación de leyes provinciales que obstaculicen proyectos mineros, específicamente en regiones como Chubut, donde tales proyectos han sido previamente rechazados por consideraciones ambientales. Este artículo, parte del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), busca atraer inversiones superiores a los US$200 millones ofreciendo incentivos tributarios y fiscales, y podría impactar significativamente el marco legal y ambiental en la provincia.
El artículo 162 de la Ley de Bases estipula que cualquier norma que limite, restrinja o desvirtúe los beneficios del RIGI será considerada nula, y que la Justicia federal deberá intervenir de manera inmediata para impedir su aplicación. Esto representa un desafío directo al federalismo, ya que podría socavar las jurisdicciones y competencias locales que tradicionalmente han gestionado sus propios recursos naturales y políticas ambientales.
Esta medida ha generado preocupación entre especialistas y autoridades locales, quienes ven en ella una posible violación de los principios de autonomía provincial establecidos en la Constitución.
Tensiones Legales y Constitucionales Anticipadas con la Nueva Ley de Bases en Argentina
La reciente sanción de la Ley de Bases en Argentina ha desatado un potencial conflicto legal y constitucional, específicamente en lo que respecta a la posibilidad de que la Justicia federal anule normativas provinciales preexistentes. Este desarrollo legislativo ha suscitado preocupación entre constitucionalistas y expertos jurídicos debido a la potencial vulneración de las competencias provinciales y la violación de la división de poderes establecida en la Constitución Nacional.
El constitucionalista Andrés Gil Domínguez ha expresado su preocupación sobre la capacidad de una ley de anular otras leyes, especialmente aquellas provinciales que manejan competencias exclusivas de las provincias. Según Domínguez, esto representa un desafío directo al principio de federalismo, una piedra angular de la organización estatal de Argentina. “Por una ley, no se puede declarar la nulidad de otras leyes que se dicten en el futuro o de leyes provinciales que respondan a una lógica de competencia propia de las provincias”, enfatiza Domínguez, destacando la potencial invasión de la autonomía provincial.
Diego Armesto, otro renombrado constitucionalista, advierte que la ley podría llevar a litigios significativos si afecta derechos adquiridos, anticipando que tales disputas podrían escalar hasta la Corte Suprema. “Podría haber planteos judiciales con respecto a las normas vigentes, si se produce un cambio que implique afectación de derechos adquiridos”, señala Armesto, aludiendo a la complejidad de los desafíos legales que podrían surgir.
Uno de los aspectos más controvertidos de la Ley de Bases es su mandato a la Justicia federal para «impedir la aplicación» de cualquier norma nacional o local que contravenga lo establecido en el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Esta directiva ha sido criticada como una «violación de poderes», pues instaura un régimen jurídico especial para ciertas inversiones, socavando potencialmente legislaciones preexistentes tanto a nivel nacional como local.
El artículo 221 de la Ley de Bases invita a las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los municipios a adherirse al RIGI, intentando prevenir conflictos legales. Sin embargo, Armesto señala que la adhesión a este régimen es esencialmente coercitiva: las jurisdicciones que no adhieran quedarán fuera de los beneficios y podrían enfrentar desafíos legales significativos. Aún más, la ley aplica plenamente a todas las jurisdicciones desde su entrada en vigencia, independientemente de su decisión de adherir o no, según el artículo 237, cuya existencia es cuestionada por no aparecer en el documento discutido.