El cambio en la historia de Río Negro y las grandes inversiones energéticas no comenzó a escribirse esta semana con la confirmación de la selección de Punta Colorada como sede de la futura planta de GNL, sino mucho antes y con una obra que es en realidad el gran habilitador, el factor de transformación radical para la provincia.
En concreto, el cambio empezó el 9 de septiembre de 2022, cuando la Legislatura rionegrina modificó su ley de hidrocarburos que prohibía incluso el transporte en toda la zona costera. Esa reforma habilitó una obra que hoy ya está en construcción y que, si bien ha quedado un poco ignorada por el enorme interés en la planta de GNL, es en realidad la clave.
Y no es otra obra más que el proyecto Vaca Muerta Oil Sur de YPF, una obra que comienza con un oleoducto desde el corazón mismo de la formación shale, atraviesa Río Negro para llegar a Punta Colorada en donde se construirá uno de los puertos petroleros más grandes de Sudamérica.
La clave para que esta obra sea el factor de cambio de Río Negro está en que es la habilitadora de una nueva zona portuaria vinculada con los hidrocarburos, algo que hasta la reforma de la ley provincial no existía y dejaba en clara ventaja a Bahía Blanca en la competencia por el proyecto de gas natural licuado (GNL).
Pero además, al ser punta de lanza en su construcción, permitirá una sinergia con el ahora confirmado proyecto de la planta licuefactora de YPF y Petronas, ya que además de poder compartir servicios, es muy posible que las trazas de los nuevos gasoductos a realizar para el GNL irán muy cerca de la del oleoducto, disminuyendo así uno de los mayores impactos que se tienen en el ambiente como son los caminos de control.
Como se marcó, la obra del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur ya es una realidad. El 21 de mayo comenzó la construcción del primer tramo del oleoducto que se extiende por 128 kilómetros entre el bloque insignia de YPF, Loma Campana, y Allen en donde la línea se conecta con el sistema troncal de Oleoductos del Valle (Oldelval).
Este primer tramo tiene una doble función, ya que no solo será parte del gran ducto a la costa rionegrina, sino que desde antes podrá ser utilizado para llevar el petróleo de Vaca Muerta a la red de Oldelval que termina en Puerto Rosales, dado que complementa la ampliación de ese sistema, denominada Duplicar Plus, que parte precisamente desde Allen.
Este tramo 1 demandará una inversión de 190 millones de dólares que son aportados por YPF, pero en el tramo 2 el panorama ya se expande a otras compañías, y no solo locales sino que también desde la petrolera de mayoría estatal se evalúan dos propuestas de firmas internacionales para aliarse como socios en este desarrollos.
Interés de empresas extranjeras
Una de esas firmas es Energy Transfer, una empresa de peso pesado en Texas que podría ser el primer midstreamer puro de Argentina, es decir la primera compañía dedicada al negocio del transporte de hidrocarburos sin ser operadora o la derivación de una concesión.
“Ya tenemos en la calle la licitación para el tramo 2 del proyecto, que rompe el cuello de botella de transporte en Argentina. Para fines de agosto ya estará la licitación. Los tubulares también los licitamos y en cuanto al puerto y los tanques de almacenamiento, estamos haciendo el project design (diseño del proyecto), que va a salir rápidamente”, detalló a Energía On el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín.
Y agregó que en el caso de Energy Transfer “hasta el 31 de diciembre estamos negociando con ellos. Nuestra idea, si deciden invertir en Argentina, sería sumarla con el 50% del capital accionario”.
Esa cuota que pueda tener la socia de peso es vista de cerca por las demás petroleras de Vaca Muerta que también esperan poder reservar un cupo en el nuevo sistema para sus propios barriles.
El tramo 2 de la obra comprende el resto del oleoducto de 565 kilómetros de extensión, es decir unos 437 kilómetros que irán en paralelo a la traza de Oldelval hasta poco después de Chelforó, en donde la línea partirá directo al mar.
Pero esta obra contempla también en otra fase la playa de tanques más grande que tendrá Argentina y el nuevo puerto que deberá contar con dos monoboyas ubicadas a seis kilómetros de la costa.
Esta segunda etapa se estima que demandará una inversión de entre 2.000 y 2.500 millones de dólares, ya que la meta es que el complejo pueda transportar 390.000 barriles de crudo por día, elevando así un 70% la capacidad de evacuación de Vaca Muerta y permitiendo que prácticamente se pueda duplicar su actual producción.
Con un plazo de inicio de las exportaciones previsto para el 2027, el puerto petrolero podrá despachar hasta 135 millones de barriles al año, generando cerca de 10.000 millones de dólares de ingresos anuales y funcionando como el trampolín para quién será su vecino: el megaproyecto de la planta de GNL.