¿Alguna vez has estado a punto de empezar a dormir, solo para que el sonido de una bomba explotando dentro de tu cabeza te despierte de una sacudida? Si te ha pasado, muy probablemente has tenido el síndrome de la cabeza explosiva, un desorden del sueño misterioso y muy poco comprendido.
El síndrome de la cabeza explosiva (EHS, por sus siglas en inglés) pertenece a una categoría de desórdenes del sueño conocidos como parasomnias.
Otro tipo de parasomnias incluyen la parálisis del sueño y espasmos mioclónicos o nocturnos que causan la desagradable sensación de caer que algunas veces experimentamos cuando estamos a punto de quedar dormidos.
El EHS fue identificado entre los profesionales de la medicina desde por lo menos 1876, y aparentemente el filosofo francés René Descarte lo sufrió. A pesar de eso, sorprende lo poco que sabemos de la condición.
Un episodio típico está caracterizado por sentir un gran ruido súbito o una especie de explosión dentro de la cabeza que ocurre durante la transición de la consciencia al sueño.
Los sonidos que se escuchan durante el EHS varían, y pueden incluir la percepción de un disparo, un portazo o un grito cualquiera.
Significativamente, los sonidos que se escuchan siempre son cortos (de unos pocos segundos o menos), muy fuertes y sin provenir de una fuente externa obvia en el ambiente.
De la mano de los sonidos, algunas personas experimentan breves alucinaciones visuales como destellos de luz. Otras han reportado sentir un calor intenso, o la sensación de una carga eléctrica atravesando la parte superior del cuerpo.
¿El EHS es peligroso?
A pesar de su nombre provocador, el EHS es inofensivo.
No obstante, es importante distinguir entre un episodio de EHS y otras condiciones, particularmente las de otros varios tipos de jaquecas.
Los episodios de EHS son muy breves (unos segundos) y generalmente no hay un dolor asociado. Si lo hay, es leve y pasajero. En contraste, muchas jaquecas son más duraderas y están asociadas con grados de dolor significativamente más altos.
Esto no es para decir que el EHS puede dejar de ser una experiencia miedosa.
En una encuesta reciente de más de 3.000 participantes que habían sufrido EHS, encontramos que 45% de los que respondieron reportaron niveles de miedo entre moderados y severos asociados con su EHS. Una cuarta parte de los participantes también reportaron niveles altos de angustia en respuesta al EHS, con un aumento en los niveles de angustia asociados con una mayor frecuencia de episodios.