El Gobierno de Brasil anunció que planea dragar varios tramos del río Amazonas debido a que el nivel del agua se está reduciendo a pozas superficiales de tan solo unos metros de profundidad. Se recogerían sedimentos en cuatro tramos estratégicos de su cauce y se trasladarían a zonas donde el agua es más profunda.
La decisión permitirá la circulación de personas y mercancías, incluso en tiempos de sequía, explicaron fuentes oficiales.
Científicos advirtieron podrían quedar huellas duraderas en los sistemas acuáticos y perjudicarían las plantas y los animales.
El Servicio Geológico de Brasil informó que en septiembre el río descendió a su nivel más bajo jamás registrado, unos 7.6 metros por debajo de la media para esta época del año.
El director del Departamento Nacional de Infraestructuras de Transporte, Fabricio de Oliveira Galvão, expresó: “En algunos lugares, prácticamente podemos ver la vegetación en la superficie del río, el agua está tan baja que las plantas del lecho quedan expuestas”.
La cuenca del río Amazonas se delimita a partir de la divisoria de aguas y comprende la superficie que ocupa el río y sus miles de tributarios, cubriendo una extensión de 7.352.112 km2, en seis países: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela
El río Amazonas es una importante vía de comunicación.
El descenso de las aguas impactó de manera negativa el trasiego de personas y cargas vitales a través de embarcaciones, así como el acceso de buques de carga al centro internacional de producción de Manaos.
Pero no son las únicas actividades afectadas. De acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la sequía generó un incremento en septiembre de 0,44 por ciento en los precios (mayor variación del mes desde 2021) y un 0,50 por ciento en precios de los alimentos.
Debido al aporte de la generación hidroeléctrica a la matriz energética nacional, la falta de precipitaciones también encareció la electricidad, causando un aumento de casi 0.90 reales cada 100 kWh.