Vaca Muerta restricciones energéticas. Las restricciones económicas y la demora en obras clave complican la expansión del sector energético.
El gasoducto Néstor Kirchner es una pieza central para el crecimiento de Vaca Muerta. Sin embargo, la licitación para su ampliación enfrenta obstáculos burocráticos.
El Gobierno nacional aprobó la ampliación del gasoducto mediante la Resolución 169/2025. La obra permitiría ahorrar 570 millones de dólares al año en importaciones de energía.
La inversión requerida para esta ampliación asciende a 700 millones de dólares. El proyecto lleva meses de retraso.
A pesar de sus beneficios, el gasoducto no mejorará la distribución de gas hacia el norte del país. Esto afecta las posibilidades de exportación hacia Chile y Brasil.
El RIGI es una herramienta clave para incentivar inversiones en el sector energético. Hasta el momento, solo se aprobó un proyecto bajo este esquema.
El parque solar El Quemado de YPF Luz es el único proyecto aprobado bajo el RIGI. No hay avances en proyectos de infraestructura gasífera o petrolera.
Las restricciones cambiarias y la incertidumbre regulatoria generan desconfianza en los inversores privados.
El gobierno exige que el 40% de las inversiones se liquiden en los primeros dos años, publicó #LA17. Esta exigencia limita la llegada de capital extranjero.
El Decreto 70/23 introdujo cambios en el mercado energético, afectando el rol de ENARSA y CAMMESA.
Las empresas nacionales consideran que el RIGI otorga más beneficios a inversores extranjeros que a locales.
Dentro de los proyectos clave en el radar del RIGI, se destacan dos iniciativas estratégicas.
El Oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS) busca duplicar las exportaciones de petróleo. YPF lidera el proyecto junto a otras petroleras.
El VMOS implica una inversión inicial de 2.500 millones de dólares y busca mejorar la conectividad con los mercados internacionales.
Otro proyecto relevante es la planta de licuefacción de gas impulsada por PAE y Golar LNG.
La planta de licuefacción requerirá una inversión de 2.900 millones de dólares en los próximos diez años.
El buque licuefactor se instalaría en el Golfo de San Matías, fortaleciendo la exportación de gas argentino.
El gobierno de Javier Milei apuesta al RIGI como un motor de inversiones. Sin embargo, los avances son escasos.
El informe de la consultora Paspartú advierte sobre posibles modificaciones al RIGI debido a la presión de empresas nacionales.
Las demoras en infraestructura y la incertidumbre regulatoria dificultan el despegue de inversiones en Vaca Muerta.
El sector energético es clave para la economía argentina, pero necesita reglas claras y previsibilidad.
Si no se resuelven las trabas actuales, Vaca Muerta no podrá consolidarse como proveedor global de energía.
El potencial exportador de Argentina depende de la eliminación de restricciones y de inversiones estratégicas.