El enfrentamiento entre Javier Milei y Mauricio Macri, con epicentro en la fallida sanción del proyecto de Ficha Limpia, dejó al borde del colapso el intento de alianza entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA) en territorio bonaerense. La tensión, que escala día a día, amenaza con fracturar definitivamente el puente de negociación a menos de dos meses del cierre formal de alianzas.
Las hostilidades se intensificaron luego de que el oficialismo nacional, con la pasividad de sus legisladores, dejara caer el proyecto de Ficha Limpia, impulsado por Silvia Lospennato. El PRO interpretó el hecho como una señal inequívoca de ruptura. “Hoy el acuerdo es inviable”, aseguran desde el entorno amarillo, donde señalan directamente a Javier Milei y Karina Milei como responsables del deterioro del vínculo.
La respuesta no tardó en llegar. El Presidente acusó a Mauricio Macri de haber pactado con Cristina Fernández de Kirchner para frenar la ley, provocando una reacción furibunda del expresidente, quien calificó las declaraciones de Milei como “una alucinación seria”. La diputada Lospennato también salió al cruce, mientras que María Eugenia Vidal sembró dudas sobre las verdaderas intenciones del oficialismo: “O hubo impericia, o hubo un acuerdo”.
Pese al escenario de confrontación pública, algunos sectores del PRO mantienen la esperanza de recomponer el diálogo. Señalan que el calendario electoral aún ofrece margen para retomar las negociaciones, con fechas clave como el 9 de julio (cierre de alianzas), el 19 (cierre de listas) y el 8 de agosto (presentación de boletas). En ese sentido, destacan que el peronismo sigue siendo el adversario común y que la fragmentación opositora podría debilitar a ambos espacios frente a las elecciones del 7 de septiembre.
La interna entre el PRO y LLA desnudó algo más profundo que una disputa táctica: una colisión de estilos, liderazgos y estrategias que hasta ahora convivían con tensiones bajo la superficie. Con el tiempo en contra y los egos en alza, el desafío será encontrar una síntesis que no dependa solo de nombres propios, sino de una visión compartida sobre cómo plantarse ante el oficialismo bonaerense. Por ahora, el acuerdo está congelado. Pero en política, como en la vida, nada está dicho hasta el último minuto.