El asado, corte icónico de la gastronomía argentina, mostró en julio un comportamiento inusual: su precio promedio se mantuvo estable a nivel nacional y registró una baja histórica de más del 20% en la Patagonia tras el fin de la barrera sanitaria del río Colorado.
Según el último informe del INDEC, el valor minorista promedio del asado durante julio fue de $10.981,58 por kilo, apenas un 0,1% más que los $10.973,35 de junio. La inflación general fue del 1,9%, lo que implica que el asado se abarató en términos reales, según informó Más Producción.
En la Patagonia, el fenómeno fue más marcado. La flexibilización de la histórica barrera sanitaria permitió el ingreso de carne con hueso proveniente del norte del país, provocando una baja de precios de hasta el 23% en julio respecto al mes anterior y más del 33% respecto a marzo.
El ingreso de carne de otras regiones redujo el precio promedio del asado en el norte patagónico de casi $20.000 a poco más de $12.900, con excepción de Santa Cruz, donde la baja fue más moderada. Este cambio generó una reducción histórica de la brecha de precios entre la región y el promedio nacional.
Aumentos moderados en otros cortes y recuperación del consumo
El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) relevó que otros cortes de carne vacuna subieron 1,4% en julio, acumulando un 31,2% en 2025 y 58,2% en la comparación interanual. Por su parte, el consumo mostró una recuperación, alcanzando 50,2 kilos por habitante al año, un 5,6% más que en julio de 2024, según la Secretaría de Agricultura.
Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA), explicó:
“Más allá de que pollo y cerdo se incorporaron a la dieta, la carne vacuna sigue siendo la preferida. Cuando hay una pequeña recuperación del poder adquisitivo, uno de los primeros gustos que la gente se da es en el alimento, y en Argentina ese alimento es la carne vacuna”.
Entre enero y junio, las exportaciones cayeron un 16% mientras que la faena se mantuvo estable, dejando más producto para el mercado interno. En julio, la faena creció un 10% respecto a junio, con fuertes subas en novillitos y vaquillonas destinados al consumo local.
Otros tipos de carne y perspectivas futuras
El IPCVA también relevó otros cortes: el pollo fresco subió 4,4% en julio y acumula 25% en lo que va del año, mientras que el pechito de cerdo retrocedió 0,4% en julio, sumando 8% de incremento anual.
El consumo total de carnes (bovina, aviar y porcina) llegó a 114 kilos por habitante en los últimos 12 meses, con aumentos de 7,7% para la porcina, 2,4% para la aviar y 5,6% para la vacuna.
El consultor Víctor Tonelli afirmó:
“Existe un núcleo duro de carnívoros que siguen pagando por la carne y, aun en contextos de ajuste, la demanda de proteína animal se sostiene”.
Los analistas prevén que agosto, septiembre y octubre mantendrán relativa estabilidad en los valores, aunque el precio del novillo podría aumentar si crece la demanda de exportación y se aprovechan las condiciones del tipo de cambio y la reducción de retenciones anunciada en la última Rural de Palermo.