La exploración espacial vuelve a sorprender al mundo con un anuncio histórico: la NASA confirmó que se podrá vivir en la Luna gracias a una nueva tecnología que busca garantizar energía continua en el satélite natural.
El proyecto, que forma parte del programa Artemis, apunta a sentar las bases para una presencia humana permanente y abre el debate sobre el futuro de la colonización espacial, según C5N.
La NASA planea instalar un reactor nuclear en el polo sur lunar antes de 2030. Este dispositivo tendrá una potencia mínima de 100 kilovatios, suficiente para abastecer el consumo eléctrico de entre 70 y 80 hogares en Estados Unidos. Su objetivo será garantizar el funcionamiento autónomo y constante de las futuras bases lunares, independientemente de las condiciones solares.
Por qué el polo sur lunar es clave
La elección del polo sur de la Luna no es casual: allí se encuentran depósitos de hielo de agua y zonas con exposición casi permanente a la luz solar, recursos fundamentales para la supervivencia de los astronautas y la producción de combustible. Estos elementos convierten a la región en el punto ideal para establecer una colonia estable y sostenible.
Artemis: la nueva era de la exploración lunar
El reactor se enmarca en el programa Artemis, cuyo propósito es llevar nuevamente astronautas a la Luna y crear asentamientos permanentes. A mediano plazo, la NASA planea que estas bases funcionen como plataformas estratégicas para preparar expediciones a Marte y a otros destinos del sistema solar.
Competencia espacial con Rusia y China
La carrera espacial se intensifica: China y Rusia también proyectan instalar reactores nucleares lunares para 2035, lo que posiciona a la Luna como un escenario central en la disputa geopolítica por la exploración del espacio profundo. Esta competencia tecnológica determinará qué países logran liderazgo en el futuro de la colonización fuera de la Tierra.
Con este proyecto, la NASA no solo busca garantizar energía continua en la Luna, sino también sentar las bases de lo que podría convertirse en las primeras colonias humanas fuera del planeta. Lo que hasta hace unas décadas parecía ciencia ficción, hoy comienza a tomar forma gracias a la innovación científica y la cooperación internacional.