La seguridad de medicamentos y vacunas en Argentina se sostiene en controles rigurosos que abarcan desde la etapa de diseño hasta la llegada al paciente.
La Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), que nuclea a laboratorios de innovación, reafirmó que la calidad y la seguridad son compromisos inquebrantables en cada fase de producción farmacéutica.
Controles desde el origen hasta el paciente
En la actualidad, más de 30 espacios de control y diez plantas productivas operan bajo normas internacionales de Buenas Prácticas de Fabricación (GMP). Estos procesos son supervisados por organismos nacionales e inspeccionados también por agencias regulatorias extranjeras, lo que garantiza que los productos cumplan estándares globales.
Las normas incluyen desde la selección de materias primas hasta la trazabilidad completa de cada lote, pasando por procedimientos críticos como la esterilización, el llenado aséptico y la capacitación constante del personal. El monitoreo ambiental y las auditorías internas y externas forman parte del esquema de seguridad que busca reducir riesgos en cada etapa.
El doble control de calidad
Según la cámara, cada lote de medicamentos y vacunas es evaluado dos veces: primero en el país de origen y luego en Argentina. “La calidad no es negociable. Es el pilar sobre el cual se estructura toda la industria farmacéutica regulada”, remarcaron desde CAEME, subrayando que la transparencia es clave para sostener la confianza en el sistema sanitario.
La información, replicada por La 17, advierte también sobre la importancia de exigir bioequivalencia en genéricos y comparabilidad en biosimilares. No contar con esas pruebas podría poner en riesgo la eficacia y seguridad de los tratamientos.
Farmacovigilancia y seguridad a largo plazo
Otro eje central señalado es la farmacovigilancia, que permite detectar y evaluar los efectos adversos de medicamentos una vez comercializados. Los reportes de médicos y pacientes resultan esenciales para conocer en detalle el desempeño de cada tratamiento y mejorar de manera permanente la seguridad.
Un ejemplo frecuente es el de pacientes que experimentan efectos diferentes al pasar de un medicamento original a una copia. Esa notificación, aunque parezca mínima, aporta datos cruciales que fortalecen la salud colectiva y ayudan a proteger la confianza en el sistema de salud.
Más opciones, mayor responsabilidad
La cámara enfatizó que ampliar la oferta terapéutica es beneficioso para pacientes, médicos y para la sustentabilidad del sistema sanitario, siempre que se garantice el cumplimiento de las normas de seguridad y control. La transparencia regulatoria, aseguraron, es la base para un acceso confiable a medicamentos y vacunas en Argentina.
El compromiso de los laboratorios con la calidad y la seguridad no solo garantiza tratamientos más eficaces, sino que también fortalece la confianza pública en el sistema sanitario. La responsabilidad compartida entre industria, organismos de control y pacientes es clave para proteger la salud de todos.