En el 53° aniversario de la Masacre de Trelew, Fabián Grillo, padre del fotógrafo Pablo Grillo —víctima de un violento ataque por parte de Gendarmería—, tomó la palabra con emoción y firmeza.
Su testimonio conectó dos épocas de represión y resistencia, subrayando que lo ocurrido con su hijo no es un hecho aislado, sino parte de un intento de disciplinamiento social.
La herida abierta: presente y pasado se entrelazan
Fabián Grillo aseguró que su participación en el acto era una obligación moral y política. “Lo que está ocurriendo ahora nos interpela. La ligó mi hijo, pero nos la tiraron a todos”, afirmó. Con estas palabras, vinculó el ataque a Pablo con los mecanismos de violencia estatal que marcaron la historia argentina, incluyendo la masacre de 1972, cuando 16 militantes fueron asesinados en la Base Aeronaval Almirante Zar.
El estado de Pablo: lenta recuperación y esperanza
Respecto a la salud de su hijo, Grillo explicó que la evolución es favorable pero lenta. “Desde el punto de vista clínico está bien, y desde lo neurológico el cerebro se está ubicando después de su última operación”. Aunque el proceso es arduo, destacó que los avances existen y que Pablo continúa en rehabilitación, recibiendo el apoyo de familiares, amigos y una amplia red de solidaridad.
Solidaridad colectiva: “Todos nos mostraron su amor”
El padre de Pablo resaltó el acompañamiento recibido desde diversos sectores de la sociedad. “Desde les niñes de primaria hasta las universidades y las autoridades, el amor fue enorme”, relató. Este respaldo, según Grillo, refleja que el caso trasciende lo individual y se convierte en una causa común contra la impunidad y la violencia institucional.
Memoria activa: un libro que une generaciones
Uno de los momentos más simbólicos de su testimonio fue cuando recordó cómo Pablo, durante su rehabilitación, comenzó a leer un libro de historietas sobre la Masacre de Trelew. “Cuando me invitaron a este acto, dije que sí inmediatamente. Es la misma lucha”, expresó. Este gesto ilustra cómo la memoria histórica se mantiene viva y se entrelaza con las demandas actuales de justicia.
El acto culminó con una visita a la Base Aeronaval Almirante Zar, lugar donde se cometió la masacre de 1972. Fabián Grillo cerró su intervención con un mensaje claro: el reclamo de justicia, tanto por los crímenes de ayer como por los de hoy, sigue vigente. Su presencia y sus palabras reforzaron la idea de que la memoria no es solo un recordatorio del pasado, sino una herramienta para transformar el presente. Información extraída del medio La17.