El acto en Corporación América sirvió como plataforma para que Milei reafirme su narrativa de confrontación y eficiencia.
Durante la inauguración del nuevo edificio de Corporación América, el presidente Javier Milei ofreció un discurso cargado de definiciones políticas, acompañado por su hermana Karina Milei, Secretaria General de la Presidencia. Si bien evitó referirse al escándalo por presuntas coimas, lanzó una advertencia: “No me importa el daño que puedan hacerme de acá a las elecciones”.
Según TN, el mandatario defendió su programa económico, cuestionó a los legisladores opositores y destacó la labor de Guillermo Francos, a quien calificó como “el mejor jefe de Gabinete de la historia”. También recordó que fue Francos quien lo incentivó a ingresar a la política.
Críticas al Congreso y elogios a su equipo
Milei acusó a los legisladores de “apostar por romper el país” y de aprobar leyes sin financiamiento que, según él, atentan contra el equilibrio fiscal. “Dicen que llegamos de manera improvisada, pero el programa económico estaba hecho hace diez años”, afirmó.
En tono desafiante, el Presidente aseguró que su gestión logró revertir el déficit fiscal histórico en apenas un mes, y minimizó los ataques que pueda recibir en el tramo final del año electoral. “¿Piensan que me voy a preocupar por lo que me van a hacer durante dos meses? Ja, ja, ja”, ironizó.
Polarización y mensaje directo al electorado
Sin mencionar directamente las denuncias contra el extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, Milei volvió a polarizar con el kirchnerismo y acusó a sus adversarios de “querer romper todo”. “A este Gobierno no le falta política, lo que hay son destituyentes enfrente”, sostuvo.
Además, insistió en que el sector privado debe liderar el progreso, mientras que el Estado debe “eliminar las malezas que entorpecen su camino”. En ese marco, reafirmó su convicción de seguir impulsando reformas, más allá de los obstáculos legislativos.
Con un tono provocador, el Presidente buscó consolidar su base electoral y marcar distancia con sus opositores, en un contexto de creciente tensión política.