Un dramático episodio sacudió la madrugada del domingo en la localidad de Hernández, en La Plata. Un joven de 33 años resultó gravemente herido tras dispararse en la cabeza durante lo que habría sido un presunto juego de “ruleta rusa”.
La víctima, con amplio historial delictivo, permanece internada en estado crítico mientras la Justicia investiga lo sucedido. El caso deja más preguntas que respuestas y pone nuevamente en el foco la combinación de armas, imprudencia y entornos de vulnerabilidad.
Un disparo en medio de un presunto “juego”
El hecho ocurrió en una vivienda de Hernández, en las primeras horas del domingo. De acuerdo con un testigo, Alan Jorge Castro —la víctima— tomó un revólver y, entre provocaciones y risas, anunció que jugaría a la ruleta rusa. Acto seguido, se disparó en la cabeza.
Gravemente herido, fue trasladado de urgencia al Hospital de Gonnet por dos personas que, según testigos, abandonaron el centro de salud tras dejarlo en manos de los médicos. Uno de ellos regresó más tarde para prestar declaración, pero aún se intenta identificar al resto de los presentes al momento del disparo.
El arma no aparece y las dudas crecen
Uno de los puntos más sensibles de la investigación es la desaparición del arma. La policía realizó un rastrillaje en la vivienda donde ocurrió el hecho, pero no logró hallar el revólver con el que se habría efectuado el disparo. Esto genera una doble preocupación: por un lado, por la posible alteración de la escena, y por otro, por la existencia de un arma circulando fuera de control.
La fiscal Virginia Bravo, a cargo de la causa, dispuso nuevas medidas judiciales para intentar esclarecer el episodio, que por ahora está caratulado como “Averiguación de ilícito y lesiones”.
Un prontuario que suma polémica al caso
Alan Jorge Castro no es un desconocido para las autoridades. Desde 2011, acumula al menos 14 causas penales por delitos como tentativa de robo calificado, tenencia ilegal de armas, encubrimiento y posesión de estupefacientes. Su historial plantea interrogantes sobre el contexto en que se desarrolló el incidente y el entorno en el que se encontraba la víctima.
Para los investigadores, el perfil de Castro y los antecedentes de quienes lo rodeaban podrían ser claves para comprender qué sucedió realmente esa noche.
La Justicia busca esclarecer los hechos
La fiscal Bravo dispuso la recolección de testimonios de vecinos y el análisis de cámaras de seguridad de la zona, con el objetivo de reconstruir los momentos previos y posteriores al disparo. También se espera el resultado de peritajes médicos y toxicológicos que podrían aportar datos cruciales sobre el estado en que se encontraba la víctima al momento del hecho.
El expediente permanece abierto y no se descarta que surjan nuevos imputados si se comprueba encubrimiento o negligencia por parte de los presentes.
Preocupación por la violencia y el acceso a armas
El caso generó fuerte impacto en la comunidad platense, no solo por lo trágico del hecho, sino también por el mensaje de riesgo que transmite la banalización del uso de armas de fuego. Organizaciones vecinales y especialistas en seguridad urbana alertaron sobre la necesidad urgente de reforzar políticas de control de armas, especialmente en sectores donde los antecedentes delictivos son frecuentes y el acceso a armamento ilegal es una realidad.
Lo ocurrido en La Plata deja una marca profunda. Un disparo, una víctima con un largo historial delictivo y un arma desaparecida son los elementos de una historia que aún no encuentra respuestas. Mientras Alan Castro lucha por su vida, la Justicia avanza en una causa cargada de incógnitas, que vuelve a dejar al descubierto los peligros de un entorno donde la violencia, la marginalidad y las armas conviven a diario. información extraída del medio Radio 3 cadena Patagonia.