El Senado vivió una jornada cargada de tensión política. La oposición logró bloquear los decretos del Gobierno que afectaban a organismos públicos históricos, desde Vialidad Nacional hasta el Banco Nacional de Datos Genéticos.
Senado rechazó decretos de Milei. El paquete también incluía la eliminación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo, cambios profundos en el INTA y el INTI, y un DNU sobre la Marina Mercante. En todos los casos, el rechazo se impuso con mayoría amplia. Según informa: #La17
Los votos fueron claros: 60 rechazos contra 9 afirmativos en el caso del INTA y el INTI, 58 a 12 para el Banco de Datos Genéticos, 55 a 13 en la Marina Mercante y 50 a 10 para Vialidad. El mensaje político fue contundente.
El peronista pampeano Pablo Bensusán fue uno de los primeros en alzar la voz. “Destruir al INTA y al INTI es destruir años de trabajo en ciencia y tecnología”, afirmó en el recinto, advirtiendo que los productores quedarían sujetos a las multinacionales.
El radical Pablo Blanco endureció aún más el tono. Acusó al Ejecutivo de esconder la eliminación de entes vaciándolos de contenido y lanzó una comparación filosa: “Como hubo corrupción en Vialidad, la solución del Gobierno fue matarla. Es como pegarle un tiro a un enfermo de cáncer para no gastar en su tratamiento”.
Desde el peronismo disidente, Juan Carlos Romero reconoció la función emblemática del INTA, aunque planteó dudas por el crecimiento de la planta de empleados desde 2003. “No sabemos si los resultados acompañan ese aumento de personal”, lanzó.
El jefe del PRO, Alfredo De Ángeli, rompió con su habitual cercanía al oficialismo. “Voy a ir en contra del INTA y en contra de Vialidad, el Gobierno tiene que rever esta situación”, expresó, sorprendiendo a varios de sus colegas en la bancada opositora.
La defensa oficialista quedó en manos del jefe libertario Ezequiel Atauche. “No hay cierres, sino reorganizaciones”, subrayó, y acusó a la oposición de dramatizar con argumentos falsos.
Atauche remarcó que las funciones de los organismos se mantienen y que el objetivo es recortar la superpoblación de administrativos que no cumplen funciones reales. Puso como ejemplo que en el INTA hay “un auto cada dos empleados”, dato que generó murmullos en la sala.
A pesar de esa explicación, el oficialismo quedó aislado. La oposición exhibió unidad y disciplina en cada votación, dejando al Gobierno con un margen mínimo de apoyos.
La tensión creció en cada intervención, con cruces entre senadores que dejaron al descubierto la fragilidad de los acuerdos que había intentado tejer la Casa Rosada.
En paralelo, la sesión avanzó con otros proyectos como la emergencia pediátrica y la ampliación del presupuesto universitario, medidas que contaron con aval transversal.
El contraste fue notorio: mientras la oposición mostró coincidencia en fortalecer áreas sensibles, rechazó de plano la avanzada libertaria sobre organismos de ciencia, tecnología e infraestructura.
El mensaje político es doble. Por un lado, el oficialismo encuentra un límite claro en el Senado, donde necesita consensos que hoy parecen lejanos. Por el otro, la oposición marcó territorio y exhibió músculo para condicionar el rumbo del Gobierno.
La Casa Rosada buscaba dar señales de orden administrativo y reducción del gasto, pero el resultado fue un revés legislativo que desnuda su debilidad parlamentaria. El Senado dejó en claro que no avalará medidas que interprete como un vaciamiento del Estado.