La autorización de los bitrenes fue presentada como un paso adelante para la competitividad argentina. Los camiones de gran porte permiten duplicar la carga en un mismo viaje y abaratar costos para sectores productivos como el agro, el petróleo, la minería y la construcción.
La medida fue celebrada por cerealeros, aceiteros y petroleros, que vieron en ella la posibilidad de mejorar la logística en un país donde transportar productos al puerto puede costar casi tanto como producirlos.
Veto de los gobernadores frena la circulación de bitrenes en rutas clave del país
Pero el anuncio chocó de inmediato con la resistencia provincial. Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires dijeron que no permitirán el paso de los bitrenes mientras no haya inversiones para reparar y mantener rutas deterioradas.
Los gobernadores plantearon un argumento concreto: el peso de estos vehículos aceleraría el desgaste de una infraestructura ya colapsada. “La Nación no aporta fondos para obras viales, por lo tanto no podemos habilitar el tránsito de bitrenes”, remarcaron.
El economista Carlos Burgueño advirtió en MDZ Radio que el freno provincial neutraliza el efecto de la medida. “Si no pueden circular por Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires… no hay bitren”, sintetizó.
Las tres provincias concentran los principales corredores de transporte hacia los puertos de Rosario y Bahía Blanca, esenciales para la exportación de granos, aceites y derivados. Sin su habilitación, la logística nacional queda partida en pedazos.
Futuro de los camiones
Burgueño señaló además que el problema no se explica solo por el estado de las rutas, sino por la ausencia de una política vial sostenida. “A un año y medio de gestión, ya no es responsabilidad de los gobernadores, sino del Gobierno nacional que no instrumentó un plan de mantenimiento”, sostuvo.
El analista fue más allá y cuestionó la falta de contenido en los acuerdos políticos entre Nación y provincias. “En las negociaciones se discuten cargos y listas, pero no se habla de infraestructura ni de cómo sostener las rutas”, afirmó.
En el sector privado, la frustración es evidente. Productores y empresarios calculan que la utilización de bitrenes podría reducir los costos logísticos entre un 20% y un 30%. Ese ahorro nunca se concretará mientras los vehículos no tengan permiso para circular por los tramos más transitados.
El contraste refleja la contradicción de la Argentina: por un lado, se aprueban medidas para mejorar la competitividad; por el otro, las limitaciones de la infraestructura y la falta de coordinación política terminan neutralizando los beneficios.
El futuro de los bitrenes dependerá de un acuerdo entre Nación y provincias que incluya financiamiento real para rutas. Sin inversión vial, los camiones gigantes no tendrán por dónde circular.