El respaldo financiero de Estados Unidos da un respiro a Argentina y plantea cambios estratégicos en la macroeconomía local hasta las elecciones.
El apoyo de EE.UU. al gobierno de Javier Milei otorgó aire a una gestión que parecía al borde del colapso. Analistas coinciden en que un resultado adverso en las elecciones del 26 de octubre reactivaría la incertidumbre que surgió tras derrotas legislativas y la corrida cambiaria previa a los gestos de Washington.
“Se cortó la sensación de Puerta 12, que era exagerada. La Argentina vivió situaciones así en momentos en que tenía déficits fiscales y en cuenta corriente, eso ahora no ocurre, pero un gobierno débil en el Parlamento, un mal resultado electoral y derrotas en el Congreso dieron la sensación de que se acababa la gobernabilidad. No se sabía cómo seguía la película, por la dificultad de defender un sistema de bandas con pocas reservas. Brasil tuvo un problema el año pasado, pero con reservas para defenderse. Aquí el problema era el rollover de deuda: el gobierno venía pagando con reservas que el BCRA no podía reponer”, explicó María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos.
“El desafío es generar confianza para que el rollover exista”, subrayó.
Estabilidad prestada
La consultora Invecq tituló su informe: “Estabilidad prestada: apoyo de EEUU y liquidación del agro”. El respaldo norteamericano tranquilizó a los tenedores de bonos y la llegada de dólares del campo redujo la presión cambiaria.
De las alternativas de ayuda de EE.UU. —swap por USD 20.000 millones, compra de bonos argentinos, impulso a inversiones privadas y crédito vía Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro— las primeras serían inmediatas y la última requiere aprobación legislativa. Invecq destacó que la baja reciente de tasas podría revitalizar el crédito, motor clave de la recuperación, según Infobae.
“Aun con la suba de casi 20% (del dólar) de los últimos meses, el tipo de cambio real actual seguirá generando desbalances en Cuenta Corriente, que se suman a compromisos crecientes de Cuenta Financiera. La incógnita pasa por la magnitud del ajuste y si se modifican otros aspectos (eliminación de las bandas, mayor liberalización de las restricciones a empresas, etc.)”, señaló la consultora.
Se estiman necesidades de financiamiento cercanas a USD 35.000 millones hacia 2026, sin incluir la meta con el FMI. El apoyo de EE.UU. y los dólares del agro estabilizaron el mercado, pero su efecto será temporal si no se transforma el esquema cambiario.
Cambio de aire y perspectivas
Según LCG, el respaldo estadounidense permitió “cambiar de aire luego de varios días angustiantes”. El período post-liquidación anticipada de dólares podría generar menor oferta y aumentar la demanda, dependiendo de tipo de cambio, tasas y nivel de incertidumbre política.
“Creemos que un dólar por debajo de $1.400 estimulará la demanda, porque estará la percepción de que está barato, en tanto seguirá lejos de un nivel que ya tocó: el del techo de la banda. Si a eso sumamos la clásica cobertura pre-electoral, no hay dudas que habrá presión alcista”, estimó la consultora, citando a Gita Gopinath y Alejandro Werner del FMI.
Hasta las elecciones, el gobierno tiene tres estrategias posibles: defender una paridad por debajo de $1.400; llevar el dólar al techo de la banda y defenderlo con tasas y reservas; o permitir que el mercado fije el nivel salvo en el techo.
El apoyo financiero de EE.UU. y la liquidación del agro ofrecen a Argentina un respiro temporal, pero la verdadera oportunidad está en transformar esta estabilidad prestada en un rediseño sostenible de la macroeconomía.