En un fallo significativo para el gigante tecnológico, un juez federal de Washington determinó que Google no tendrá que desprenderse de su navegador Chrome ni del sistema operativo Android en el marco del juicio por abuso de posición dominante.
Sin embargo, la compañía deberá compartir datos con sus competidores para abrir la competencia en el mercado de búsquedas en internet, según el dictamen del juez Amit Mehta.
Los puntos clave del fallo judicial
El juez Mehta, quien el año pasado había dictaminado que Google ostenta un monopolio ilegal en las búsquedas en internet y la publicidad relacionada, abordó la imposición de medidas correctivas con «humildad», según expresó en su escrito. La sentencia permite a Google mantener su lucrativo acuerdo con Apple, por el cual paga 26.000 millones de dólares anuales para ser el buscador preferido, aunque establece que este pacto no podrá ser exclusivo. Las acciones de Alphabet, matriz de Google, subieron un 7,2% tras conocerse el fallo, mientras que las de Apple aumentaron un 3%.
El impacto de la inteligencia artificial en el fallo
Un aspecto destacado del fallo fue el reconocimiento del juez Mehta sobre el nuevo panorama competitivo que representan las herramientas de inteligencia artificial. El magistrado señaló que la competencia creada por empresas de IA como OpenAI, creadora de ChatGPT, ha cambiado el escenario desde que comenzó el caso. «Aquí se pide al tribunal que mire en una bola de cristal y contemple el futuro. No es precisamente el punto fuerte de un juez», escribió Mehta en su fundamentación, reconociendo el desafío de regular un mercado tecnológico en rápida evolución.
Implicancias para el mercado y la competencia
Aunque Google deberá compartir datos con la competencia, lo que podría reforzar a los rivales de su negocio publicitario, la decisión de no obligar a la venta de Chrome o Android elimina una preocupación importante para los inversores que consideran estas plataformas como piezas clave del ecosistema de Google. El fallo representa el resultado de una batalla legal de cinco años entre una de las empresas más rentables del mundo y las autoridades antimonopolio de Estados Unidos, que llevan tiempo cuestionando el dominio del mercado de las grandes tecnológicas. Información extraída del medio La Nacion.