El sector industrial apuesta cada vez más por producir su propia energía. La autogeneración creció con fuerza y marca un cambio histórico en el sistema eléctrico.
La industria argentina atraviesa un quiebre en su relación con la red eléctrica nacional. En medio de la volatilidad tarifaria y la inestabilidad del servicio, cada vez más empresas apuestan a la autogeneración de energía como estrategia para sostener costos previsibles y garantizar la continuidad productiva.
Autogeneración en alza: los datos del INDEC
Un reciente informe del INDEC reveló que, durante el segundo trimestre de 2025, la autogeneración en minería e industria manufacturera aumentó un 7,4% interanual.
El mayor salto estuvo en el autoconsumo, que subió un 9,5%, mientras que la energía inyectada al Mercado Eléctrico Mayorista apenas creció un 0,2%. La tendencia es clara: las empresas producen, pero no para vender, sino para blindarse frente a la incertidumbre energética.
Manufactura y minería lideran el cambio
El sector manufacturero es el que más fuerte empuja esta transformación. Su autogeneración total se disparó un 14%, con un crecimiento del 11,3% en autoconsumo y un sorprendente 48,2% en energía despachada al sistema.
En el caso de la minería, el incremento es más moderado, aunque sostenido, con plantas que cada vez invierten más en infraestructura propia para sostener operaciones críticas.
La cogeneración y la búsqueda de eficiencia
La cogeneración, que reutiliza el calor residual de procesos industriales, también se sumó a la ola, con un crecimiento del 0,6%. Aunque pequeño, es un indicador de la búsqueda de eficiencia integral en toda la cadena productiva.
Un quiebre en la relación con la red
Los analistas coinciden en que este fenómeno no es pasajero. La autogeneración refleja una descentralización silenciosa del sistema eléctrico argentino. Las compañías invierten millones para ganar independencia en un país donde la energía siempre fue un factor de riesgo.
Según especialistas, la tendencia responde más a la necesidad del sector privado que a una política pública: “La industria tomó la delantera y marca el rumbo, sin esperar decisiones estatales”, advierten.
Un cambio de poder en el sistema energético
Paradójicamente, en algunos casos las mismas empresas que buscan desprenderse de la red terminan aportando sus excedentes al sistema, aunque en volúmenes todavía marginales.
Esto abre un debate entre expertos: ¿la autogeneración es una señal de eficiencia y modernización o refleja desconfianza en la red nacional?
La rebelión silenciosa ya comenzó
Lo cierto es que el cambio estructural ya está en marcha. Si el sistema eléctrico centralizado no se adapta, corre el riesgo de perder a sus clientes más grandes y estratégicos.
Como destacó La 17, cada nuevo megavatio autogenerado reduce la dependencia de la red y, al mismo tiempo, reconfigura el equilibrio de poder en el sector energético argentino.