El Ministerio de Sanidad libanés afirma que tres de ellos eran menores. Líbano acusa a Israel de seguir violando el alto el fuego en vigor en la conocida como línea azul, la frontera militarizada compartida entre ambos países.
En una nueva vulneración del acuerdo de alto el fuego pactado desde noviembre del año pasado, un ataque israelí con un avión no tripulado en el sur de Líbano ha matado al menos a cinco personas, entre ellas tres niños, según el Ministerio de Sanidad libanés. En el ataque también han resultado heridas otras dos como mínimo, entre ellas la madre de la familia atacada. De acuerdo con Euronews.
Israel asegura que su objetivo era un militante de Hezbolá al que acusa de «operar desde dentro de una población civil», aunque reconoce que el ataque ha acabado con la vida de civiles y que investigará el incidente.
Los paramilitares afincados en Líbano dicen haber disparado solo una vez al otro lado de la frontera líbano-israelí desde que se alcanzó el alto el fuego entre las partes enfrentadas, pero Israel afirma sin pruebas que el grupo militante está tratando de reconstruir sus capacidades bélicas.
El presidente del parlamento libanés, Nabih Berri, ha declarado que cuatro de los muertos -los tres niños y su padre- tenían nacionalidad estadounidense. Los trabajadores diplomáticos de la embajada estadounidense en Beirut no han reaccionado por el momento ante el incidente.
Las autoridades libanesas han advertido de que los continuos ataques israelíes pueden hacer fracasar los recientes esfuerzos del país y de las fuerzas de paz de Naciones Unidas, que se retirarán de la línea azul a finales de año, por desarmar a Hezbolá. El presidente Joseph Aoun -presente en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU-, junto con el recién nombrado primer ministro Nawaf Salam, refrendaron el mes pasado un acuerdo para desmilitarizar a los paramilitares aliados de Irán.
Hezbolá mantiene que ya no tiene presencia militar al sur del río Litani y, sin embargo, se ha negado a negociar un hipotético desarme antes de que Israel cese sus ataques y se retire del sur del territorio libanés.
Aoun, que asumió el cargo en enero, ha condenado este último ataque y ha pedido a la comunidad internacional que aumente la presión sobre Israel para que cumpla la tregua acordada. La guerra entre Hezbolá e Israel ha causado hasta la fecha la muerte de, al menos, 4.000 personas en Líbano, así como el desplazamiento forzoso de cientos de residentes al sur y al este del país.
Los responsables de Hezbolá afirman que el acuerdo de alto el fuego incumplido y el mecanismo de supervisión pactado con Estados Unidos, Francia y las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas son ineficaces. En virtud del alto el fuego negociado con Washington, tanto Hezbolá como Israel debían retirar sus fuerzas del sur del Líbano y detener los ataques mutuos. Las fuerzas israelíes siguen ocupando cinco colinas libanesas a lo largo de la frontera.