El Frente Sindical Universitario confirmó la realización de una marcha federal frente al Congreso el próximo miércoles a las 17, en rechazo al veto del presidente Javier Milei sobre la ley de Financiamiento Universitario.
Según Ámbito la movilización busca presionar a los diputados para alcanzar los votos necesarios y garantizar la continuidad del apoyo a las universidades.
Según Pablo Perazzi, secretario general de FEDUBA y dirigente de CONADU, la situación es ajustada: “El poroteo que tenemos minuto a minuto puede ser para los dos lados. En principio tendríamos 166 votos, que no serían suficientes”. El conflicto se intensificó luego del veto presidencial, que afecta la recomposición del funcionamiento universitario y los salarios de docentes y no docentes.
El rechazo al veto se realizará mientras Diputados debate otras leyes, incluida la Emergencia Pediátrica. Los sindicatos anticipan que podrían lograrse avances parciales, dependiendo de cómo se definan los votos.
Respuesta de la comunidad universitaria
La reacción de estudiantes, docentes, nodocentes y rectorados fue inmediata. Tras el veto, se convocó a un paro y a la marcha bajo la consigna “Frenemos a Milei. No al veto”. Ricardo Gelpi, rector de la UBA, afirmó: “Estamos juntos luchando por el futuro de nuestro país. Esta ley no es contra nadie, es a favor de todos”.
El Consejo Interuniversitario Nacional ya había aprobado la convocatoria a la Marcha Federal en caso de veto, asegurando que la comunidad universitaria estaba preparada para actuar de forma coordinada.
Conflicto con el Gobierno por la autonomía
El Ministerio de Capital Humano anunció acciones legales contra la UBA por redirigir su sitio web oficial hacia una página en rechazo al veto. El Gobierno exige el “cese inmediato” de esta acción y solicita determinar responsabilidades legales y administrativas. Este episodio añade tensión al panorama de la conflictividad universitaria, donde docentes y nodocentes continúan con paros y movilizaciones.
La Marcha Federal Universitaria anticipa un escenario de alta tensión en el Congreso y refleja la unidad de la comunidad académica frente a decisiones que afectan la educación superior en Argentina.