El bloque oficialista sufrió una racha de derrotas en el Congreso que exhibe el aislamiento político del Ejecutivo.
Tras el choque con los gobernadores, el Gobierno perdió el 82% de las votaciones en el Congreso. La serie de derrotas legislativas comenzó tras el enfrentamiento público entre el presidente y varios gobernadores; desde entonces, la mayoría de las iniciativas del Ejecutivo no consiguieron apoyo parlamentario.
Según el recuento publicado por La Nación, desde el momento del choque con los gobernadores, el Gobierno registró una tasa de fracaso en votaciones del orden del 82%. Ese porcentaje agrupa proyectos sancionados, expedientes y pedidos que pasaron por ambas cámaras, y refleja que la mayoría de las propuestas impulsadas por el Ejecutivo no encontraron respaldo suficiente en el Congreso.
Punto de inflexión: el conflicto con las provincias
El artículo identifica como punto de quiebre la confrontación con los mandatarios provinciales, episodio que reconfiguró alianzas y empujó a varios bloques provinciales y a sectores moderados a votar en contra de iniciativas oficiales. Ese episodio dejó al Gobierno sin la aritmética parlamentaria necesaria para avanzar con medidas importantes.
Proyectos clave que sufrieron rechazos
Entre las iniciativas que no lograron los votos esperados figuran propuestas vinculadas a la redistribución de fondos, reformas en materia de infraestructura y varios proyectos con impacto fiscal. La falta de acuerdos terminó traduciéndose en retiros o modificaciones de textos originales y en la caída de proyectos que el Ejecutivo consideraba prioritarios.
Reacciones políticas: críticas, advertencias y búsqueda de alternativas
La racha de derrotas activó señales de alarma en la Casa Rosada y en sectores del oficialismo: hay voces que cuestionan la estrategia de confrontación con los gobernadores; otras piden negociación y sumas transversales para reconstruir mayorías parciales. En la oposición, en tanto, celebraron los rechazos como muestras de control del Legislativo sobre iniciativas que consideran riesgosas.
Qué significa para la gobernabilidad
El 82% de derrotas legislativas no solo es un número: indica un margen reducido para implementar la agenda oficial sin pactos. En la práctica, obliga al Gobierno a rearmar estrategias políticas, negociar partidas clave con las provincias y repensar la comunicación pública para recuperar interlocutores en el Congreso, según lo expreso en La Nación.
La racha de derrotas parlamentarias deja en evidencia un escenario de debilidad institucional para el Ejecutivo: sin acuerdos transversales y con gobernadores alineados contra varias medidas, la capacidad de impulsar reformas profundas se ve limitada. El desafío inmediato para el Gobierno será reconstruir consensos y demostrar que puede traducir poder electoral en capacidad legislativa.