La economía nacional registró su primera contracción en 12 meses, con una baja del 1,1% en el consumo. El informe del INDEC también expuso señales de fragilidad estructural.
Según datos difundidos por el INDEC, el Producto Bruto Interno (PBI) cayó en el segundo trimestre de 2025, marcando la primera variación negativa desde mediados de 2024. Aunque la contracción trimestral fue leve, este retroceso enciende alertas sobre la solidez de la recuperación que promete el Gobierno de Javier Milei.
De acuerdo al organismo estadístico, en comparación interanual el PBI mostró un crecimiento del 6,3%. Sin embargo, especialistas advierten que ese incremento responde a la baja base de comparación con 2024, cuando la economía atravesaba una fuerte recesión.
La información fue publicada originalmente por C5N.
El consumo, la variable más golpeada
El principal factor de la contracción fue la caída del consumo privado, que retrocedió un 1,1% en el trimestre, evidenciando la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
También se registraron bajas en las exportaciones (-2,2%) y en la formación bruta de capital fijo (-0,5%), lo que refleja un freno en la inversión.
En contraste, el gasto público creció 1,1% en términos reales, un dato que resulta paradójico frente al discurso oficial de reducción del Estado como condición para el equilibrio fiscal.
Señales de alerta para lo que viene
La Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) advirtió que la probabilidad de recesión alcanzó en agosto un 98,61%, lo que marca un riesgo “históricamente elevado” de crisis económica.
Por sectores, la industria manufacturera, la construcción, la hotelería y la intermediación financiera exhibieron subas, mientras que la pesca (-42,2%) y la distribución de electricidad, gas y agua (-1,1%) sufrieron caídas significativas.
Volatilidad cambiaria y presión inflacionaria
La incertidumbre financiera también juega su papel. La cotización del dólar paralelo superó al oficial y se acerca a los límites de la banda de flotación. Una eventual ruptura podría desatar una nueva crisis cambiaria, aumentando la presión sobre la inflación.
En este contexto, el superávit fiscal, aunque valorado como necesario, aparece insuficiente para garantizar un crecimiento sostenido de la economía.
La caída del PBI en el segundo trimestre abre un nuevo capítulo de incertidumbre en la economía argentina. La contracción del consumo y la alta probabilidad de recesión reflejan los desafíos que enfrenta el país para sostener la estabilidad y recuperar el crecimiento.