Un ensayo clínico realizado en Barcelona comprobó que un compuesto natural del té verde puede disminuir el riesgo de demencia senil si se combina con hábitos de vida saludables.
Según el podcast Salud y Bienestar de Radio Francia Internacional, investigadores del Hospital del Mar y del Barcelonaβeta Brain Research Center, de la Fundación Pasqual Maragall, desarrollaron el estudio PENSA, publicado en The Journal of Prevention of Alzheimer’s Disease.
Los resultados muestran que el EGCG, un flavonoide presente en el té verde, redujo en un 25% el riesgo de demencia senil en adultos mayores, siempre acompañado de una dieta equilibrada, ejercicio físico y entrenamiento cognitivo.
Cómo se desarrolló el estudio
Durante un año, se siguió a 129 voluntarios de entre 60 y 80 años con alto riesgo de Alzheimer, muchos portadores del gen APOE-ɛ4.
Los participantes se dividieron en tres grupos: uno recibió consejos generales de salud y los otros dos adoptaron un plan activo de cambios de hábitos.
Casi la mitad de quienes combinaron el programa con EGCG mejoraron su cognición hasta 4,5 veces más que el resto. En el grupo con placebo también hubo avances, pero menores: un 30 % registró mejoras. Esto confirma la relevancia de los factores de estilo de vida en la prevención.
Propiedades del EGCG y aplicaciones futuras
El EGCG, reconocido por sus cualidades antioxidantes y antiinflamatorias, ya había mostrado beneficios en la plasticidad neuronal y en la regulación del metabolismo de la glucosa. Además, ayuda a prevenir la acumulación de proteínas vinculadas al Alzheimer.
El doctor Rafael de la Torre, farmacólogo clínico del Hospital del Mar, destacó que este compuesto no tiene patente, no requiere receta y puede conseguirse como suplemento. Sin embargo, advirtió que “no alcanza con consumirlo de manera aislada, debe combinarse con hábitos saludables”.
Actualmente, también se investiga su aplicación en estudios relacionados con el Síndrome de Down, ampliando su alcance en la medicina preventiva.
Ciencia y prevención de la mano
El modelo aplicado forma parte de la estrategia internacional FINGER 2.0, que combina intervenciones de estilo de vida con compuestos bioactivos. Los especialistas consideran que este enfoque puede orientar políticas públicas de salud hacia la prevención activa de enfermedades neurodegenerativas.
Según LA17, este tipo de investigaciones fortalecen la idea de que la interacción entre ciencia y hábitos cotidianos puede cambiar la trayectoria de patologías que afectan a millones de personas en el mundo.
El hallazgo representa un avance esperanzador en la prevención del Alzheimer, demostrando que la combinación entre compuestos naturales como el té verde y un estilo de vida saludable puede ser una herramienta clave contra la demencia.