Una bodega neuquina convierte un accidente en estrella de su viñedo
En Senillosa, provincia de Neuquén, una historia de emprendimiento y pasión se transformó en vino premium gracias a un inesperado error de plantación. Rosana Jurio y Adrián Del Negro, sus creadores, empezaron su bodega Impasse desde cero, combinando tradición, innovación y un toque de suerte.
Según MÁS PRODUCCIÓN, todo comenzó cuando Rosana, tras dedicarse años a la ingeniería agrónoma y asesorar cultivos en el Alto Valle, decidió junto a su esposo cumplir un sueño: vivir y trabajar cerca de la naturaleza. Así nacieron los primeros vinos artesanales en su hogar, elaborando 200 litros iniciales de Malbec y Cabernet Sauvignon.
Primeras ventas y bautismo de la marca
La primera venta de vino fue casual: un primo de Tandil insistió en comprar aunque Rosana no vendiera. Ese impulso los llevó a ponerle nombre a su emprendimiento. Tras considerar “Virar”, finalmente adoptaron Impasse, sugerencia de una vecina, nombre que los identifica hoy.
Con el crecimiento de la producción, tuvieron que buscar un espacio propio en Senillosa, donde adquirieron un terreno que les permitió plantar sus viñedos y desarrollar un proyecto más amplio, incorporando gastronomía y turismo enológico.
Un error que se convirtió en estrella
Durante la plantación inicial, un vivero envió por error Ugni Blanc en lugar del Chardonnay planeado. Recién notaron el cambio tres años después. Sorprendentemente, esta cepa se convirtió en la joya de la bodega, dando origen a la línea “Embustera”, un blanco floral con estructura y aromas que recuerdan al torrontés.
Variedad y visión de futuro
Hoy, Impasse cuenta con 10 líneas de vinos, incluyendo Malbec, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir, Syrah y el peculiar Ugni Blanc. Rosana y Adrián planean ampliar la bodega y las instalaciones turísticas, produciendo actualmente entre 3.000 y 4.000 litros por año, con planes de aumentar volumen y consolidarse como un destino enológico en la Patagonia.
Rosana reflexiona emocionada: “De caminar en el viñedo y ver cómo tus sueños se hacen realidad, es imposible no emocionarse”.