El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha vuelto a tensar las relaciones comerciales con China al anunciar que podría imponer un nuevo arancel del 100% a las importaciones chinas a partir del 1 de noviembre.
Esta medida responde a las restricciones impuestas por Pekín sobre la exportación de tierras raras, materiales clave para múltiples industrias tecnológicas. En este artículo, se exploran las implicaciones de esta amenaza y lo que podría significar para la economía global.
La nueva amenaza de Trump: un arancel del 100%
En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Donald Trump expresó su frustración por los recientes controles impuestos por China a las exportaciones de tierras raras. Estos materiales, cruciales para la fabricación de productos como motores a reacción, teléfonos, vehículos eléctricos y otros dispositivos electrónicos, son esenciales para la industria estadounidense. Trump señaló que, debido a estas restricciones, su administración podría imponer un arancel adicional del 100% a las importaciones chinas a partir de noviembre, lo que incrementaría aún más las tarifas ya existentes, que superan el 30%.
El mandatario también comentó que no solo se enfocarían en los aranceles, sino que su gobierno comenzaría a controlar la exportación de software crítico, un paso que podría tener repercusiones tanto en el sector tecnológico como en las relaciones bilaterales entre ambos países.
La raíz de la tensión: las tierras raras
China es responsable de casi el 70% de la extracción mundial de tierras raras y controla aproximadamente el 90% del procesamiento global de estos materiales. Por lo tanto, su reciente decisión de restringir el acceso a estas materias primas ha encendido la alarma en EE.UU., donde se utilizan para la fabricación de componentes esenciales en diversas industrias. Trump calificó la medida de «extremadamente hostil» y dejó claro que no ve razones para continuar con una reunión programada con el presidente chino, Xi Jinping, a finales de este mes.
A pesar de su dura postura, Trump no canceló de manera definitiva la reunión, pero dejó en el aire su realización. El mandatario agregó que, aunque aún existe una posibilidad de negociar, la amenaza de nuevos aranceles permanece vigente, y la fecha límite del 1 de noviembre marcará el inicio de una escalada en la guerra comercial.
¿Qué impacto tendría un nuevo arancel?
De concretarse la amenaza de Trump, las tarifas a las importaciones chinas podrían alcanzar niveles sin precedentes, afectando no solo a las empresas estadounidenses, sino también al comercio global. La noticia ya causó una caída significativa en el índice S&P 500, que se desplomó un 2,7% debido a las preocupaciones sobre una escalada en las tensiones económicas entre las dos mayores economías del mundo.
Los aranceles adicionales, junto con la imposición de restricciones a las exportaciones de tierras raras, podrían desencadenar una nueva ronda de la guerra comercial que ambos países ya habían intentado aminorar en negociaciones anteriores. Si bien la reducción de tarifas fue un avance temporal, las nuevas restricciones chinas han reavivado el conflicto.
¿Un giro en la política de Trump?
Aunque Trump ha sido conocido por dar marcha atrás en algunas de sus amenazas comerciales, como lo demostró en ocasiones anteriores, la tensión con China parece estar alcanzando un punto crítico. El conflicto por las tierras raras, junto con las disputas comerciales, podría resultar en un debilitamiento de la economía global si las medidas finalmente se implementan. Los expertos coinciden en que una ruptura comercial entre EE.UU. y China podría reducir el crecimiento económico mundial de manera significativa.
El presidente también ha señalado que el tiempo puede jugar a su favor. Si bien las palabras de Trump parecen definitivas, dejó abierta la posibilidad de negociar antes del 1 de noviembre, fecha que podría actuar como un punto de inflexión en las relaciones comerciales entre ambos países.
¿Qué se puede esperar?
El desenlace de esta amenaza arancelaria dependerá de las futuras negociaciones entre EE.UU. y China. A pesar de la incertidumbre, el comercio global está nuevamente en vilo, y las próximas semanas podrían ser clave para determinar si las tensiones comerciales escalarán o si ambos países lograrán una nueva tregua. En cualquier caso, el impacto de las decisiones de Trump sobre la economía mundial será significativo, especialmente en sectores clave como la tecnología. Información extraída del medio Euro News.